Riesgo biológico en Cutucumay denunciaron sus residentes

JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
Desesperados por las picaduras de insectos y la contaminación, los afectados esperan que el Ibal actúe de manera urgente, porque se han registrado serios problemas de salud.

Olores nauseabundos y zancudos son el común denominador desde hace tres meses en la manzana C del barrio Cutucumay, pues sus habitantes aseguran que el mal estado de la vía, hecho sumado a las lluvias, ocasionó el hundimiento de la calzada haciendo que colapsara la red de alcantarillado que pasa por el lugar.

 

“En abril se abrió un roto sobre la vía y empezó a salir agua, entonces enviamos cartas al Ibal y a (Secretaría de) Infraestructura para que vinieran, porque estaba en la mitad de la calle; luego se abrieron dos más siguiendo por la cuadra, parece ser que el alcantarillado colapsó, pero no ha sido posible que vengan y los malos olores ya nos están perjudicando, además eso está lleno de gusanos”, dijo Nelsy Leyton, una moradora del lugar.

 

Según Leyton, cerca de 10 familias de dicho barrio están siendo afectadas por este daño, ya que han presentado problemas de salud: “Aquí nos enfermamos de una infección intestinal y hemos sufrido picaduras de los zancudos; creo que es debido a esos olores que no han venido a arreglar”, comentó, a la vez que indicó que   las casas de esta manzana (la C) y los apartamentos pertenecen a profesores universitarios. Así mismo, otras familias de la urbanización Valparaíso I podrían resultar perjudicadas puesto que las aguas residuales, cuando se rebosan, circulan libremente por la vía, llevando los olores a otras viviendas.

 

  “Con la lluvia (se) limpió un poquito, pero cuando no llueve el agua corre por dos cuadras y el olor es más insoportable”, alertó la señora Nelsy.  Entre tanto, Betty Bastidas sostuvo que el problema de la calzada se ha venido presentando desde “hace muchos años, pero eso se acentuó por las lluvias; hemos hecho muchas llamadas al Ibal para que haga la intervención, nos dicen que sí, que ya vamos a ir y hasta el momento nada; entonces, algunos vecinos están trayendo escombros y botándolos ahí para tapar los rotos”.

 


Aumenta contaminación

 

Sumado a los zancudos, mosquitos y moscas que se observan frecuentemente en el sector, la comunidad afirma que algunos caninos atraídos por el olor hacen también sus necesidades biológicas sobre los huecos, lo cual aumenta la contaminación.

 

Como consecuencia de ello, Edna Cecilia Ospina de Giraldo radicó un oficio en el Ibal. “Nos contestaron que en la primera semana de agosto venían porque no podían antes y había mucha demanda de trabajos, nos toca esperar para ver si cumplen, porque desde abril hemos estado en esa lucha. Exigimos una solución urgente, porque nos estamos enfermando”, puntualizó.


Credito
DORIS ROJAS

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