Ibal, con plan maestro pero de improvisación: Informe especial

Archivo – EL NUEVO DÍA
Las inversiones de la empresa no están articuladas y se reducen a obras dispersas para la atención de daños contingentes, descuidando el aseguramiento del servicio frente al crecimiento futuro de la ciudad.

El Ibal es conocido en Ibagué por sus continuos cortes de agua en invierno y por los huecos que deja en las calles reparando las redes, pero muy poco se habla de la posible improvisación que se estaría viviendo en esta empresa de servicios públicos del Municipio. Sus obras e inversiones no están articuladas en un plan maestro de acueducto y alcantarillado, que en Ibagué existió alguna vez en los años 60.

 

Este tipo de documentos son formulados o actualizados por los municipios para proyectar acciones a mediano y largo plazo para garantizar el servicio, por ejemplo, frente a hechos inevitables pero predecibles, como el crecimiento de la población y la reducción del recurso hídrico, entre otros.

 

Lo inquietante del asunto es que el Ibal presentó a EL NUEVO DÍA un listado con cientos de ordenes de prestación de servicio, para trabajos y suministro de materiales (ver recuadro), tratando de aparentar que las mismas hacen parte de un plan maestro de acueducto y alcantarillado, del cual la entidad nunca entregó copia. Lo único que el Ibal dejó claro es que en lo corrido del periodo del actual alcalde Jesús María Botero, ha ejecutado 28 mil 223 millones 845 mil 622 pesos en intervenciones de alcantarillado y 25 mil 786 millones 398 mil 780 pesos en gastos del sistema de acueducto.

 

El tubo roto del presupuesto

 
Los planes maestros no caducan y en teoría terminan sólo cuando todas las obras están ejecutadas, pero el Ibal aseguró a EL NUEVO DÍA que las mismas superaron el presupuesto que le asignaron inicialmente. Más aún, señaló que no tiene labores pendientes porque, por decirlo de alguna manera, las ejecuta ‘por demanda’.

 

“Se priorizan de acuerdo al diagnóstico que se haga de las redes de acueducto y alcantarillado en donde se determina la obsolescencia y la necesidad de reposición del sistema”, indicó la empresa. La firma de servicios no cuenta tampoco con un listado de proyectos  pendientes por ejecutar; en caso de un daño en la red, acuden a contratos de emergencia tramitados por sus dependencias y en caso de no alcanzarle la plata para atenderlos “la empresa gestiona recursos” para invertir.

 

El hecho es preocupantes si se tiene en cuenta que este modelo de ejecución de obras de ‘emergencia’ no contaría con un parámetro claro de priorización de las mismas, más cuando más del 70 por ciento del alcantarillado de la ciudad superó su ciclo de vida. El riesgo radica en que esto posibilita un margen de maniobra para prácticas clientelistas, en que unas comunidades o líderes saldrían beneficiados con la reparación, por ejemplo, de un alcantarillado, frente a otros sectores necesitados.

 

De otro lado, la vigilancia de estas intervenciones por parte de los órganos de control es difícil o nula, por cuanto no las puede inspeccionar de manera posterior al que dar enterradas. Mientras los tubos se siguen rompiendo y el Ibal los sigue reparando, hay deudas pendientes con la ciudad y el ambiente, como por ejemplo el separar las aguas lluvias de las aguas negras, para darles un manejo adecuado y estabilizar la cuenca del río Combeima, principal fuente de abastecimiento de la ciudad.

 

Así mismo, invertir en la modernización de la red en zonas donde la proyección de la ciudad lo exige como ocurre en Picaleña, y aumentar la capacidad del sistema en sectores del caso urbano donde la densidad de la población aumentará por cuenta de la construcción de edificios como ocurre en el barrio La Pola.

 

Dato Curioso

 

El Ibal tardó tres meses en suministrar la información sobre la inexistencia del plan maestro de acueducto y alcantarillado. Fueron necesarios dos derechos de petición, pidiendo la empresa plazo de un mes adicional para contestar el último, terminando por suministrar el pasado 28 de julio, un escueto resumen de sus inversiones.  EL NUEVO DÍA conoció que para responder, el actual gerente del Ibal, Libardo Gutiérrez, se reunió con los funcionarios encargados de la Oficina de Planeación. No obstante, el funcionario evadió en varias ocasiones el ser entrevistado por  EL NUEVO DÍA, y hasta el cierre de esta edición, Libardo Gutiérrez no atendió a los mensajes dejados.

 

La voz

 

El alcalde Jesús María Botero al consultársele sobre el plan maestro de acueducto y alcantarillado de la ciudad, contestó que han tenido que dedicar sus esfuerzos a atender los daños de la oleada invernal, pero precisó que aunque no llueva surgen contingencias en la ciudad.

 

El burgomaestre salió en defensa del Ibal y la Oficina de Planeación de la empresa, haciendo referencia a la ejecución del plan maestro, del que EL NUEVO DÍA no pudo obtener copia. “Viene haciendo unos trabajos juiciosos en cuanto a los planes maestros. Lo más importante es que la ciudad avanza con el acueducto complementario, tenemos una visita el lunes (hoy) de funcionarios del Ministerio de Ambiente y Vivienda y de Fonade, para confirmar la apropiación de los recursos para que ese acueducto como fuente alterna se convierta en una realidad para Ibagué”, finaliz

 


Recuerde

 
Existen otros aspectos que ponen en duda el orden y planeación de las obras del Ibal. Entre ellos que si bien tienen georeferenciadas de manera electrónica las redes de acueducto, no pasa lo mismo con las de alcantarillado certificando  que las obras no están proyectadas en dicha base de datos.

 


Dato

Al menos 700 contratos, la mayoría de prestación de servicios, suministró el Ibal como soporte de la ejecución de obras, de las cuales no da ninguna justificación para relacionarlas como parte de un plan maestro de acueducto y alcantarillado. Para el año 2011, registra el Ibal sólo tres contratos directos, el más costoso con Wilson Moreno Vizcaíno, por mil 323 millones 826 mil pesos, para la ejecución de obras de mantenimiento limpieza y reposición de alcantarillados en el “perímetro hidrosanitario del Ibal”.

 

El restante de las labores indica que fueron bajo órdenes de prestación de servicio; 23 de estas para reposición de redes de alcantarillado, oscilando entre los 12 y 235 millones de pesos el precio de cada uno de estos contratos directos. 

 

Plan, deber del Ibal

 
El secretario de Planeación Municipal, Manuel Antonio Medina, indicó que no está adoptado dentro del Plan de ordenamiento Territorial el plan maestro de acueducto y alcantarillado de Ibagué. “Es un deber del Ibal formularlo y acoger todas las acciones que deben implementar en el corto, mediano y largo plazo”, dijo.

 

Explicó que la empresa dentro de su planeación tiene como gran proyecto el acueducto complementario, que está encaminado a suplir el déficit de agua que hay en la ciudad. Indicó que a largo plazo, el Plan de ordenamiento Territorial no sólo debe contar con dicho plan maestro sino incluir otros como el de movilidad y espacio público. 

 
En síntesis

Para el arquitecto Javier Humberto Arbeláez, el panorama del alcantarillado en Ibagué es todavía más angustiante que el de acueducto, pues el tema afecta a los municipios vecinos que toman líquido de afluentes que vienen de la ciudad. Recordó que Ibagué cuenta con la planta de tratamiento en El Tejar y otras pequeñas en Comfenalco y Las Américas que cumplen con un 10 por ciento de la necesidad real de manejo de aguas residuales.

 

Sobre el caso del servicio urbano de acueducto, Arbeláez indicó que el Ibal debe equilibrar el sistema en diferentes sectores, y en otros solucionar el problema con las redes y válvulas.

 

De otro lado, habló sobre el alto grado de inficiencia del tratamiento de agua, que hoy estaría su índice de no contabilización por el orden del 44 por ciento, teniendo que bajarse a la mitad. Sobre la capacidad del Ibal para suplir las necesidades futuras por el crecimiento industrial y urbano, recordó que hace cerca de dos años, durante un foro de inversión, la Alcaldía difundió en folletos a los empresarios la promesa de disponibilidad de 800 litros de agua, más 200 adicionales de la fuente del río Cocora.

 

Estos para zonas de expansión importantes como Picaleña, pero el arquitecto en vista del desarrollo actual del sistema no cree posible el aseguramiento de dicha cantidad de líquido. Para él, deben revisarse alternativas diferentes al acueducto complementario sobre el río Cocora y mirar otros afluentes como san Romualdo y Totare, así como la creación de represas.  

Credito
REDACCIÓN LOCAL

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