Curadurías urbanas, ¿en la anarquía?

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
El único órgano que le ejerce vigilancia directa es una veeduría dirigida por la Alcaldía, pero que en la práctica sirven como receptoría de quejas.

Las actuaciones de los curadores urbanos de la ciudad siguen bajo una mínima vigilancia de las entidades públicas que por norma están asignadas para la protección de los intereses colectivos en el desarrollo de los proyectos de construcción.

La Secretaría de Planeación le transfiere la responsabilidad a la Veeduría de las Curadurías Urbanas, mientras la Dirección de Espacio Público y Control Urbano dice que no tiene personal para verificar el cumplimiento de las licencias de construcción (ver recuadros).

La discusión sobre las anomalías en los trámites y expedición de los avales otorgados por estos particulares que ejercen funciones públicas la desató un reciente incidente en el sector de Calambeo.

El curador Urbano Número Dos de Ibagué, Greisman Cifuentes Silva, emitió el 23 de agosto, una notificación a la comunidad para que interviniera como afectada del proyecto, cuando este ya lleva más de un año en ejecución.

La urbanización Bosque de Calambeo, de la constructora Lagos del Bosque, es representada legalmente por Blanca Amanda Manrique Bocanegra.

Ella fungió como secretaria de Educación municipal de la Alcaldía al final del periodo del entonces burgomaestre y hoy representante a la Cámara Rubén Darío Rodríguez Góngora y en ese entonces se habló de su llegada al cargo como cuota del "jaramillismo", grupo del exsenador Mauricio Jaramillo.

El secretario de Planeación, Manuel Antonio Medina, desconoció como anómalo que la fecha de radicación del trámite sea del 19 de agosto de 2011, frente a una obra muy avanzada.
    

Violando norma ambiental

La expedición de la licencia urbanística no es lo único cuestionado de la urbanización. Esta arrancó violando las normas ambientales, invadiendo con escombros el área de aislamiento de la quebrada La Tigrera, desviando su curso, y talando un guadual así como un árbol grande y frondoso, ubicado a la entrada de la urbanización bautizada “Bosque de Calambeo”.

Matando árboles

Cortolima remitió a EL NUEVO DÍA la semana anterior, copia del proceso contra la constructora iniciado con la resolución 2726, del 11 de julio, casi más de un mes antes del registro de trámite de la licencia.

Señala que con la obra se generó un “anillamiento y ahogamiento de los árboles”, entre ellos ficus, laureles y yarumos y le niega la posibilidad de intervenir uno de estos al parecer ya seco ubicado entre las calle 22 y 23.

A la representante legal de la obra, Blanca Amanda Manrique le imputa los cargos de aprovechamiento forestal ilegal, invasión con escombros de la ronda hídrica y disposición inadecuada de escombros, prohibiéndole de paso   intervenir las raíces de cualquier árbol.

Por su parte, la Inspección Ambiental de Ibagué sancionó a la empresa con una multa de 10 salarios mínimos legales, pero la comunidad denunció que hoy la afectación a la zona continúa.
    

“Licencia otorgada conforme a la Ley”: Planeación

El secretario de Planeación Municipal dijo que “extraoficialmente” tiene conocimiento de que Árbol de Calambeo tramitó su licencia “dentro de los tiempos establecidos y fue otorgada conforme a la Ley”.

“Cuenta también con todos los permisos otorgados por las autoridades ambientales que regulan la materia”, afirmó.
Al respecto de la vigilancia que ejerce la Secretaría sobre los curadores, afirmó que todavía está en proceso el sistema de interconexión con estos particulares, para agilizar el trámite de las licencias.

“Es pertinente precisar que deben de ser supervisadas por una comisión de veeduría de las curadurías, que en nuestro caso es presidida por el secretario de Desarrollo Rural y Ambiente. No es la Secretaria de Planeación la que otorga los permisos sino la que genera la norma”, afirmó.

Negó que su despacho valide cualquier tipo de documento, y que se limita aprobar las determinantes urbanísticas en plano topográfico y la expedición del certificado de delineación urbana. No obstante, aceptó que Planeación Municipal es otra instancia en el trámite de los recursos de reposición a la expedición de las licencias.

“Operarios no están para ese tipo de labores”: Espacio Público

Sobre las quejas de la comunidad por la falta de control en las licencias y el cumplimiento de las normas urbanísticas en construcciones, el director de Espacio Público y Control Urbano, Diego Olaya, afirmó que la función de sus operarios es diferente.

“Sencillamente no contamos con el personal idóneo para efectuar este tipo de visitas y el control que hacemos es que notificamos a la persona de la resolución de sellamiento, cerramos la obra, hacemos una revisión semanal de su cumplimiento y se oficia a la Policía, que es la encargada de que no se continúe con la construcción para que nos envíen informes.

“La ciudad es bastante grande, en crecimiento y necesitamos avanzar en este tema, reforzar el personal, porque no podemos abarcar tanto con tan poco”, afirmó. El funcionario dijo que cuentan con un ingeniero y un arquitecto para las visitas, quienes  verifican que el plano y la licencia sean acordes.

“No llega ninguna denuncia”: Veeduría

Milciades Varón, secretario de Desarrollo Rural y Ambiente de la Alcaldía y cabeza del comité de veeduría de las curadurías urbanas señaló que la función del órgano es intervenir “a petición de parte”, es decir, tramitan quejas de la comunidad que, dijo, “no llegan”, no ejerciendo el órgano un control directo a las actuaciones de lo curadores urbanos.

Al parecer, la labor de la veeduría se estaría limitando en muchos casos a tramitar los recursos de reposición de los constructores a quienes los curadores le niegan su aval, que de no resolverse allí pasa a la Secretaría de Planeación Municipal, como última instancia.

Con las denuncias, en caso de encontrar irregularidades sirven de intermediarios con los órganos de control, al que en teoría le deben correr traslado de las anomalías. “Verificamos estos casos; nos queda difícil coger todas las licencias y hacerles seguimientos”, expresó.

Al preguntársele si esto significaría que la veeduría está lado de los urbanizadores y no de la comunidad a la que muchas veces les niegan los avales o afectan las obras, el funcionario contestó que en el comité tiene asiento “la Personería, la Sociedad Tolimense de Ingenieros, STI, la Sociedad Colombiana de Arquitectos capítulo Tolima” entre otros estamentos.
“Antes de  llegar a la veeduría no existían espacios para llevar las quejas, creamos los buzones en las curadurías, los vínculos para quejas en la página de Internet de la Alcaldía”, indicó. Milciades Varón dijo que el caso de Calambeo nunca lo han discutido porque no han recibido ninguna queja formal.


LA FRASE

Nos quedaría muy difícil revisar licencia por licencia, si fue bien o mal otorgada

Milciades Varón

Credito
REDACCIÓN LOCAL

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