¿Dónde está el mirador?

ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS - EL NUEVO DÍA
La comunidad espera reactivar el acuerdo 017 de 2005, con el fin de reconformar el comité y de esta forma organizar los proyectos de ecoturismo, ambiente y religión, en uno de los cerros tutelares de Ibagué.

Ubicado en la comuna Dos de la capital musical, se encuentra el cerro Pan de azúcar, considerado como un pulmón natural de la ciudad, sitio tradicional donde cientos de personas se congregan en semana santa, en los días de agosto para elevar cometas y en algunas ocasiones sirve para que los habitantes de los barrios aledaños practiquen deporte.

A pesar de lo que significa para la comunidad, hay una gran preocupación por el estado en que se encuentra; las personas exigen que haya acciones para reactivar el acuerdo 017 del 9 de abril de 2005, expedido por el Concejo municipal, por medio del cual se declaró el cerro de pan de azúcar como “parque ecoturístico” de relevancia a nivel urbano-regional del municipio de Ibagué, igualmente en dicho acuerdo se implementaron mecanismos de participación institucional, comunitaria y privada para su conservación, administración y sostenibilidad.

El acuerdo presentado por Macini Polo, expresidente del concejo, daba herramientas para que en vocería del Alcalde y demás entes gubernamentales como recreación, turismo y la parte ecológica adelantaran  las reuniones pertinentes para generar un proyecto con el fin de rescatar este sector.

Para la líder comunal Ana Dolores Ibarra: “El cerro puede generar turismo a través de un plan concertado con las diferentes entidades, buscar la vinculación del sector privado, el apoyo de ONGs internacionales, siendo un sitio con características óptimas en la parte ecológica”.
    
Problemáticas
A pesar de contar con un CAI, las quejas que se generan a diario por la presencia de consumidores de alucinógenos en horas de la noche son bastantes, para la señora Mery Reyes: “El cerro se está convirtiendo en un basurero, debido a que algunas tiendas arrojan basuras; el rastrojo permite que haya culebras y escorpiones, causando temor en los niños”.

Una de las personas que se encargan de mantener limpio es Esmeralda Rubio, quien manifiesta que algunos vecinos inescrupulosos arrojan animales muertos en las laderas del cerro, ocasionando enfermedades y malos olores.

“El monumento de la Virgen en la parte alta se está deteriorando, solicitamos la ayuda del cura párroco de la iglesia san Cayetano para pintarla. Se han dañado las lámparas; creemos que con el apoyo de la alcaldía y las diferentes instituciones podamos reabrir el acuerdo, además esperamos que en la época navideña contemos con un alumbrado, que de vida y alegría a la comuna”

“Creemos que es posible si hay presupuesto y voluntad, buscar la manera de reunir un nuevo comité, encabezado por el Alcalde, la gerencia de Infibagué, la Gestora Urbana, Turismo, la secretaría de gobierno y la junta administradora de la comuna dos ”, Manifestó Yolanda Oliveros habitante del barrio siete de agosto.

Algunos vecinos se preocupan por preservar aseada la entrada al cerro, dicen que el trabajo que hacen las “escobitas” es un poco mediocre.

Credito
ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS

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