Habitantes de La Cima piden al Ibal diligencia

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
La comunidad lleva cuatro años a la espera de que el Ibal dé solución al problema de alcantarillado que inunda sus viviendas e impide la pavimentación de las calles.

Centímetros de barro, arena e inmundicia inundan las casas del barrio La Cima, en la comuna Ocho de Ibagué, cada vez que llueve en la capital. La tubería de ocho pulgadas, instalada para la red de alcantarillado de las más de 400 viviendas del barrio, hoy recibe las aguas negras del barrio Nuevo Combeima, cuya extensión es de 14 pulgadas.

“El alcantarillado es un cuello de botella, ya que las aguas se regresan por las alcantarillas domiciliarias”, indica Jorge Eliécer Buitrago, presidente de la Junta de Acción Comunal de La Cima, quien afirma que se plantea la posibilidad de que la urbanización Los Lagos se conecte a la red.

De acuerdo con el vocero, a la problemática se anexan redes ‘piratas’ que se han conectado al sistema convirtiéndose en un problema de salubridad para los vecinos.

“El Ibal va a estudiar el caso porque ni ellos mismos saben de dónde nacen esas conexiones”, aseguró.

Buitrago indicó que en época normal la tubería mantiene su capacidad copada hasta el 50 por ciento.

“El Ibal solo nos ha causado perjuicios, porque no nos han querido certificar las vías, ya que saben que hay daños y deficiencias en el alcantarillado y no podemos pavimentar. Los del Ibal se tiran la pelota con la Gestora Urbana y no hemos podido hacer nada”, sostuvo.

La comunidad logró recaudar, mediante actividades, recursos por el orden de los 14 millones de pesos, para que a través de gestión compartida sean pavimentadas las calles de las cinco manzanas que componen la comunidad.

“Por no estar pavimentada la diagonal 106, por donde baja un torrencial de agua que cada vez que llueve, la manzana Q, como queda en una batea, todos los escombros y basura caen en la rejilla, el agua supera al sardinel y se entra a las casas”, dijo.

Según indicó la comunidad, debido a que el alcantarillado no tiene la capacidad para captar las aguas residuales de los dos barrios, el presupuesto para pavimentar las vías del barrio está desactualizado conforme con los precios de los materiales para la actual vigencia.

“Estamos sufriendo consecuencias funestas, graves. Esperamos que el Ibal no aspire a que haya muertos para arreglarnos la situación”, concluyó Jorge Eliécer Buitrago.

Credito
EL NUEVO DÍA

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