Nancy Guzmán, por ejemplo, trabaja en uno de los locales del Parque en la venta de artículos para la diversión en las piscinas y vestidos de baño para adultos y niños.

Pero desde hace dos semanas sus ventas se han visto afectadas por la medida de aseguramiento que ordenó la Secretaría de Salud en las zonas mencionadas y, por ende, los directivos del centro recreativo tuvieron que ejecutar las respectivas medidas de seguridad.

Los arrendatarios de los diferentes locales comerciales ubicados alrededor de las piscinas mostraron su inconformidad, pues hace dos semanas sus negocios están cerrados, lo que ha ocasionado pérdidas económicas.

Por otro lado, la administración sí les ha cobrado el arriendo de los establecimientos, a lo que Nancy afirma que: “A nosotros nunca nos comunicaron que los negocios no podían prestar el servicio.

“El administrador nos cobró agosto completo, y ahora pretende que paguemos el mes de julio”.

Los arrendatarios de los locales están indignados, pues ellos dicen comprender que la seguridad de las zonas húmedas es indispensable para el público, pero lo que no conciben es “por qué nos cobran los meses en los cuales no laboramos”.