Según lo expuso en su pretensión, este animal le había sido concedido en calidad de depositaria en julio de 2006 por funcionarios de la entidad, después de haber demostrado su interés de entregarlo a la misma.
“Que en la sentencia judicial que conceda la tutela, se declare la inaplicación de la acta única, intitulada acta única de control a tráfico ilegal de flora y fauna silvestre, en consideración de que no existía tráfico ilegal”, indicó.
Sus motivos
Al respecto de la detención, la señora Acosta explicó que desde esa época (2001) viene tratando al mono “con la dignidad con que se debe tratar a los animales, proveyéndole alimentación balanceada, y dándole buen trato y abrigo”.
Pero el 8 de septiembre pasado, tal como informó Cortolima en su momento, la mujer, habitante del barrio El Refugio, había aceptado dar de forma voluntaria el individuo aunque minutos más tarde agredió a personal de la entidad y de la Policía Ambiental y Ecológica.
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