Quebrada debe soportar un basurero y una ‘invasión’

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
Una crítica situación de salubridad se presenta sobre la quebrada La Hedionda, en el sector de Las Ferias, donde los asentamientos humanos que irrespetan el cauce del riachuelo, conviven con un gran arrume de basura.

En el barrio Las Ferias de Ibagué, la comunidad asegura estar cansada, por un hombre que ha vendido terrenos sobre la quebrada ‘La Hedionda’ sin respetar su cauce; pero no solo esto preocupa, sino que también se ha hecho de la zona un verdadero foco de infección, por la cantidad de basura que hay arrumada en el lugar donde supuestamente habita el ‘propietario’ de los lotes.

Según José Antonio González, vecino del sector, el señor Roque Fandiño ha urbanizando sobre el espacio de la quebrada canalizada, vendiendo lotes sin ninguna reglamentación y provocando que los nuevos asentamientos utilicen el afluente para depositar sus aguas negras.

Por su parte, Benjamín Sánchez, miembro de la junta de acción comunal, asegura que “desde hace 12 años estamos denunciando la situación ante la Alcaldía, y a pesar que se puso en conocimiento de diferentes entes de control y la comisaría del sector, tan solo se le hizo un llamado de atención y nada más, haciendo que la problemática empeore”.

Como si fuera poco las quejas no paran ahí, ya que el sujeto vendría arrumando pilas de basura, que no solo provocan un fuerte olor a descomposición, sino también convirtiéndose en un verdadero foco de infección, donde se reproducen animales tales como ratas y alacranes, que ponen en riesgo la vida de las personas.

La comunidad comenta que ya se han registrado casos donde las fuertes lluvias provocan que el colector se rebose y se inunden las viviendas construidas en la zona, además que la basura acumulada cada vez se encuentra en un mayor estado de descomposición.

Según relatan los habitantes del sector, los terrenos que se encuentran desde la carrera Segunda sur del barrio Las Ferias entre la calle 24 y 25, pertenecieron a los padres de Roque Fandiño, quien con el tiempo los fue vendiendo hasta llegar a la zona de la quebrada y sin medir consecuencias sobre el caudal canalizado.

Cuenta González, que una de las condiciones de planeación cuando le vendieron el terreno cerca a la quebrada, fue mantener tres metros de distancia para que no se registraran afectaciones futuras no solo en las infraestructuras, sino también en los enseres, pero sus vecinos no han tenido en cuenta las recomendaciones.

Negligencia por los organismos de control aseguran que hubo, ya que a pesar de golpear diferentes puertas no obtienen una respuesta que brinde solución a la problemática de varias familias, que aunque han sido pacientes dicen no aguantar más.

La comunidad espera que las autoridades tomen cartas en el asunto, ya que el tiempo sigue pasando y los problemas de salubridad se hacen cada vez mayores, donde los niños que residen en el sector pueden ser los principales afectados.

Credito
HERYK FARFÁN

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