La sorpresa sería el pasado viernes cuando se dieron cuenta que había finalizado la instalación y se trataba de un sistema correspondiente al de una antena que, según las características, podría ser de telefonía móvil.

El rechazo de la comunidad no se hizo esperar, y mediante un megáfono salieron el sábado a manifestarse con el objetivo de alertar a la comunidad del sector sobre los perjuicios que podría acarrear la emisión de ondas electromagnéticas, por tal razón con la ayuda de firmas tienen previsto instaurar una denuncia a entidades de control como la Personería y algunas tutelas como complemento.

La carta recoge firmas de los habitantes de barrios como Arkalá, La Gaviota, Antares, Arkambuco y Colinas del Norte, quienes al parecer se verían afectados por estar ubicados alrededor en un perímetro donde las ondas generarían afectaciones de salud.

Cerca a 500 metros de la antena residen mujeres en embarazo, personas con marcapasos, y temen que quienes poseen algún tipo de glándulas cancerígenas se activen.

“Nos parece una falta de ética no solo de la empresa que la mandó a instalar, sino también de la Administración municipal por permitir que fuera colocada en el separador de la vía sin pensar en la comunidad o por lo menos socializar, parece que esto lo que hace es favorecer a un privado, por eso exigimos que la retiren de inmediato” expresó Janeth Zapata Neira, habitante del sector.

Además, en la misma vía cerca a Fuente de los Rosales también se está colocando una estructura similar, y los habitantes del sector aseguran desconocer el objetivo de esta, cabe recordar que en diferentes partes de la ciudad como en el barrio Pedregal se han instaurado tutelas que han fallado a favor de la comunidad para impedir la presencia de antenas de telefonía.

El Nuevo Día trató de contactarse con el director de Espacio Público, pero no fue posible.