Los fuertes olores provenientes de la alcantarilla han provocado desespero y trastornos en la salud de los residentes, además la superficie lisa de las escaleras producto de las aguas residuales con materia fecal, los ha dejado prácticamente incomunicados.

Luis Hernado Soler, vecino del sector, dijo que “tenemos que permanecer encerrados todo el día, debido a esos olores putrefactos, y esas aguas negras que brotan representan un foco de enfermedades por eso a varios les ha generado dolores de estómago y malestar general, pero son los adultos mayores y los niños los que se han visto más afectados”.

El Ibal

A pesar de que la comunidad en repetidas ocasiones hizo la solicitud a la empresa de acueducto y alcantarillado para atender la emergencia, fue hasta ayer que el Ibal, por medio del camión vactor, pudo destapar la red de alcantarillado, aunque reconocieron que no sería suficiente debido al deterioro en que está la tubería.

Hector Francisco Rosas, habitante del sector, afirmó que “desde antes de las elecciones hicimos el llamado y no nos prestaron atención; en dos ocasiones vino personal del Ibal pero solo miraron, y apenas ahora tomaron una acción, pero eso no será suficiente”.

Los vecinos dicen que la red cuenta con una antigüedad de casi 50 años, y que la intervención del Ibal solo son “pañitos de agua tibia”, debido a la magnitud de la problemática, al considerar que durante el paso de los días el colapso volverá a generarse y ellos volverán a vivir el calvario.

La comunidad pide al Ibal que los incluya en los proyectos de renovación de redes, para que la tranquilidad vuelva a su hogares, y puedan comer en familia sin taparse la nariz.