Sin infraestructura, Día sin carro es solo un ejercicio

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Pasado el día sin carro, el programa de Ibagué Cómo Vamos llevó a cabo un sondeo entre los habitantes, para conocer cómo recibieron esta inicitiva y qué hace falta a la ciudad en materia de movilidad.

El pasado miércoles 10 de febrero, se desarrolló una nueva jornada del Día sin carro y sin moto en Ibagué, desde las 6 de la mañana hasta las 8 de la noche y, aunque el balance oficial de esta jornada compete a la Administración municipal, desde el programa Ibagué Cómo Vamos preparamos un informe especial haciendo el balance sobre este día, en el contexto de la situación de movilidad en la ciudad.

La movilidad en Ibagué, problemática en alza

De acuerdo con la información que se desprende de la Encuesta de Percepción Ciudadana de 2015 (EPC-2015), se observa con preocupación el deterioro de algunos de los indicadores relacionados con la movilidad en la ciudad de Ibagué.

Existe una combinación de fenómenos que se refuerzan mutuamente: por un lado el incremento en los tiempos de desplazamiento a los lugares de estudio y trabajo, y por otro, el aumento del uso del transporte privado en desmedro del transporte público.

Es decir, para aquellos segmentos poblacionales de mayores ingresos, comprar carro parece haberse convertido en la opción para salir al paso a los trancones; no obstante, si muchos ciudadanos optan por esta salida, terminan agravando el problema que en parte los motivó a comprar vehículo.

Los datos obtenidos de la EPC-2015 son contundentes: para el caso de los usuarios de alta movilidad, es decir para aquellos que trabajan o estudian fuera de sus hogares, el 48 % indicó que sus trayectos se demoran más respecto al año inmediatamente anterior, en el que el 37% señalaron esta misma situación, es decir un incremento de 11% en el porcentaje de ibaguereños que se quejan de mayores demoras en sus trayectos normales.

Además de lo anterior, la encuesta revela que, aunque el porcentaje de ciudadanos que usan el transporte público sigue siendo relativamente alto, en especial cuando se compara con otras ciudades, desde 2011 viene descendiendo sistemáticamente.

Así, mientras que en 2011 el 57% de los ibaguereños de alta movilidad utilizaba el transporte público para llegar a sus sitios de trabajo o estudio, este valor se ubicó en 47% en 2015, es decir, una reducción de 10 puntos porcentuales en cinco años.

Si esta tendencia se sostiene, resultaría preocupante la situación de movilidad y uso del transporte público en la próxima década.

Entre tanto, el uso de transporte privado (carros y motos) pasó de 31% a 37% en este mismo periodo y tan solo el uso de automóviles subió de 4% a 10% entre 2014 y 2015.

Lo anterior muestra que la sensación de los ibaguereños es que la movilidad se ha deteriorado. Esto a pesar de que entre 2014 y 2015, de acuerdo con cifras oficiales, se cumplieron importantes actividades de recuperación de vías.

En efecto, en el Informe de Calidad de Vida de 2014, elaborado por el programa Ibagué Cómo Vamos, se muestra que había ligeramente más calles en buen estado que en mal estado (40% frente a 39%), y entre 2013 y 2014 156 mil metros cuadrados pasaron a estar en buen estado, mientras que 26 mil 400 metros cuadrados dejaron de estar en mal estado.

Estas cifras coinciden parcialmente con la percepción ciudadana, pues la satisfacción con las vías de la ciudad pasó de 14% a 19% entre 2014 y 2015, probablemente como consecuencia de las obras de mantenimiento vial.

No obstante, lo preocupante es que, a pesar del relativo mejoramiento de las vías, la sensación ciudadana es que la movilidad es más deficiente que en años anteriores.

Teniendo en cuenta este contexto, está claro que uno de los retos de la actual administración, encabezada por Guillermo Alfonso Jaramillo, está relacionada con abordar de manera integral el problema de movilidad, no solo en términos de mejorar la percepción de los ciudadanos respecto a sus tiempos de desplazamiento cotidianos, sino también el relanzamiento del transporte público como lo más racional desde el punto de vista no solo de movilidad, sino también de sostenibilidad ambiental.

Precisamente, la reciente jornada de Día sin carro es un escenario propicio para abrir la discusión sobre la necesidad de fomentar el uso de alternativas de transporte distintas al vehículo privado.

Sin embargo, más allá de las campañas cuyo énfasis puede estar en la cultura ciudadana y el cuidado del medio ambiente, se requiere que el Gobierno local brinde las condiciones mínimas de infraestructura, seguridad y logísticas para que este cambio cultural se pueda presentar.

Por ello, el programa Ibagué Cómo Vamos efectuó un sondeo entre los ibaguereños para conocer su opinión sobre la jornada adelantada el miércoles, sus pros y contras y si les gustaría que este ejercicio se repitiera en la ciudad más de una vez al año.

El balance del Día sin Carro: la voz de los ciudadanos

El equipo de trabajo del programa Ibagué Cómo Vamos, con el apoyo de un grupo de estudiantes del programa de Ciencia Política de la Universidad de Ibagué, hizo un sondeo de opinión en distintos puntos de la ciudad, por ejemplo el Centro, varios sectores de la carrera Quinta y también sobre las avenidas Guabinal y Ambalá, para preguntar a los ibaguereños acerca del balance de la jornada del miércoles.

La mayoría de los consultados (79%) usa regularmente algún medio de transporte privado; el restante 21% afirmó usar regularmente el transporte público.

Los resultados que se encontraron son interesantes, pues muestran que en general, la ciudadanía está de acuerdo con la realización de este tipo de actividades.

En efecto, el 78% de las personas consultadas considera adecuada la realización de la jornada del Día sin carro y tan solo un 19% plantea lo contrario, lo cual indica un espaldarazo importante a esta iniciativa.

Pero, además, llama la atención que el 31% de los encuestados que regularmente utilizan algún medio privado para sus desplazamientos se decidió como medio alternativo subir a una buseta y de este modo llegar a sus sitios habituales de trabajo o estudio; esto podría ser indicativo de que un porcentaje relativamente importante de personas que tienen carro o moto no tiene problema en utilizar el transporte público.

Incluso, si tenemos en cuenta el porcentaje de ciudadanos que tiene algún tipo de vehículo privado y que utilizó taxi el pasado miércoles, el uso total de transporte público, sumando busetas y taxis, que llegó a 55%.

No obstante, al parecer los ibaguereños consultados no se vieron entusiasmados a usar la bicicleta como medio de transporte alternativo: apenas el 6.67% dice haber cambiado su vehículo por una bicicleta. El estímulo al uso de este medio de transporte es todo un reto de la Administración local, lo cual implica no solo la ejecución de campañas encaminadas al uso masivo de este medio, sino empezar a brindar las condiciones de infraestructura y seguridad requeridas para que los ibaguereños adopten la cultura de la ‘bici’.

De igual forma, llama la atención que la mayoría de los ciudadanos (69%) consultados en distintos puntos señalaron que sus actividades cotidianas no se vieron afectadas por el Día Sin Carro.

Entre tanto, dentro del 31% que mostró algún tipo de afectación, se puede encontrar algunas personas que hacen algún tipo de actividad laboral con sus vehículos o aquellos ibaguereños que a pesar de no tener vehículo privado, sí desempeñan alguna actividad relacionada con el uso de vehículos, como lavaderos de carros, parqueaderos, talleres, entre otros.

En cuanto al balance que los ciudadanos elaboran sobre el papel de la Administración municipal en la programación y el desarrollo de la jornada del pasado miércoles, el resultado es agridulce.

Aunque el 60.5% de los encuestados considera buena la organización de la jornada por parte de la Alcaldía, el 70,5% de los consultados señala no haber conocido las actividades complementarias que ofreció el gobierno local en el marco del Día sin carro, entre las que se pueden contar la claridad sobre los puntos de hidratación, las actividades culturales y recreativas en distintos puntos de la ciudad, entre otras.

Este es un importante llamado de atención a las autoridades, para que en una próxima jornada exista mayor difusión de las actividades, a fin de que la participación ciudadana sea mayor.

Finalmente, el sondeo arrojó un resultado significativo, que da luces sobre el vuelco que podría darse en materia de movilidad y cuidado del medio ambiente, si las autoridades apuestan de lleno por cambiar muchos de los hábitos de desplazamiento de los ibaguereños: el 41% admitió que el Día sin carro debería ser una vez al mes.

Este resultado llama la atención, si tenemos en cuenta que el 79% de las personas consultadas tiene vehículo propio para hacer sus desplazamientos cotidianos. La segunda respuesta más popular, ubicó el deseo de aplicar este ejercicio dos veces al año, con 25.5%.

Obviamente, a la hora de tomar la decisión sobre la conveniencia o no de desarrollar más días sin carro, deben tenerse en cuenta factores relacionados con el impacto sobre el sector comercial y en general efectos sobre las actividades económicas.

No obstante, la disposición de los ciudadanos a utilizar medios alternativos y hacer el sacrificio de guardar su ve- hículo cada cierto tiempo son un buen indicador que podría augurar cambios importantes en la sensibilidad ciudadana por los temas relacionados con la movilidad y el cuidado del medio ambiente.

Por supuesto, en cualquier transformación de esta naturaleza, es clave contar con un sistema de transporte público eficiente, adecuado y que responda a las necesidades de los usuarios.

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