Recuerdo sus bellos paisajes, el reto de subir su emblemática piedra, los paseos con mi abuela, las risas de mamá y mi hermana celebrando mis piruetas en el triciclo por sus calles polvorientas, puedo ver la melena crespa de mi padre y su rostro mientras golpeaba al viento con sus jab, cross y uppercut; añoro ese delicioso olor de pan de la tienda de la esquina, ese es mi barrio Ambalá, el de Elizabeth, Martha y Libardo Moreno, el de los Ramírez, los Vargas y los Larrota, ese es el barrio de mi familia, el de mis recuerdos y es este el que hoy no encuentro: es el relato del historiador Camilo Pérez Salamanca.

Historia

A comienzos de 1920 la familia Escalante adquirió los terrenos y luego se los vendió a don Carlos Vila, quien a su vez se los heredó a sus hijos Carlos y Santiago, de lo que quedó este último como único dueño de los predios.

Las primeras panelas

Se indica que las primeras panelas presentadas como un referente de esta zona del Tolima fueron generadas en este sector de Ibagué.

“Las tierras eran muy fructíferas, tenían trapiches y se producían muchos productos, en la parte alta de la montaña se cultivaba café y en el plan caña de azúcar, también había una gran producción lechera; cuando se inició la época de la violencia hubo un gran deslizamiento y la dimensión del terreno se redujo, se vendieron algunas extensiones de tierra como el sector del banco y la parte que colinda con La China”, dice Dairo Jiménez Pineda, presidente de la Junta de Acción Comunal de Ambalá.

Colonización

Por la década de los 50 empezaron a llegar a esta zona muchas familias que estaban huyendo de la violencia, llegaban de todas partes del Departamento y del país.

“Don Santiago Vila, junto con su esposa, doña Alicia Mejía de Vila, se interesaron mucho en ayudar a estas personas, para lo cual iniciaron la construcción de la primera urbanización que se conoce en Ibagué, la cual denominarón Parcelación Santa Barbara, conocida hoy en día como barrio Ambala”, señala el concejal Juan Ávila.

Reforma Agraria

La hacienda El Vergel revolucionó la manera de ayudar a quienes por muchos años fueron ‘partijeros’ de las fincas y no tenían posibilidades de conseguir un terreno propio para poder cultivar, fue de esa manera que con el Banco Cafetero se parceló unos terrenos de la hacienda y los entregó a sus trabajadores, obra a la que llamaron Parcelación Bellavista, que fue visitada por el señor Carlos Lleras Restrepo.

“Él posteriormente sería nombrado presidente, y consideró que era una buena alternativa para beneficiar a los menos favorecidos en Colombia, de ahí surgió la Reforma Agraria en nuestro país”, sentencia el cabildante ibaguereño.

Don Santiago Vila también donó los terrenos donde hoy funcionan la parroquia Nuestra Señora de Fátima, el centro de salud y la institución educativa que orgullosamente ostenta su nombre.

“Lo más destacado desde la década de los 50 era un lugar donde iba a comer Rafael Parga Córtes, Daniel De La Pava y en general la dirigencia liberal de esos años, que era el restaurante de las Pérez”, recuerda el historiador Camilo Pérez Salamanca.

En Ambalá estaba el puesto de Policía, que era la única representación de autoridad, al tiempo era el lugar al que eran llevadas todas las personas asesinadas, asegurs el mienbro de la Academia de Historia del Tolima.

“A lomo de mula salían todos esos muertos del norte, ya que era un paso obligado. De Ambala salió Jorge Barón, ese referente de las comunicaiciones en Colombia, en Ambalá está la Universidad de Ibagué y es un reflejo del crecimiento desordenado que tuvo Ibagué, sin planeación, ni diseño; en el que en las casas primaban los gallineros, los marraneros o los espacios para cultivar”, puntualiza Pérez Salamanca.