Ibagué, un potencial sin límite para el pajareo

FOTOS SUMINISTRADAS / HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA IBAGUÉ
Colombia es el país con mayor diversidad de aves del planeta, y nuestro Municipio, según el biólogo Ronald Parra, es uno, si no el primero, en variedad de estas especies del país; por lo cual, es el principal punto para el encuentro, la observación y el estudio de aves.

Ibagué, además de ser un referente ante Colombia y el mundo por su identidad musical, ha empezado a despertar interés entre ornitólogos, pajarólogos y amantes del aviturismo en el planeta.

La razón es la amplia diversidad de aves que la engalanan con sus bellos colores y enigmáticos cantos.

Por esto no fue descabellado que un grupo de instituciones que propenden por el medio ambiente hayan apostado a un Festival de Aves, en el que se rinde honor a las 650 especies que se hallan registradas, y de las que las más abundantes en esta tierra son los periquitos balseros, los canarios sabaneros, los atrapamoscas como el conocido bichofue, el sirirí o el pechirrojo; los azulejos, las abuelitas y las camineras.

En esta excelsa variedad, hay aves migratorias, residentes y residentes transitorias, así como un alto número de especies acuáticas, de zonas calientes y de montaña como “pavas o guacharacas, gallinetas, patos, palomas, gran número de colibrís, loras, semilleros entre muchas más grupos de especies, incluyendo al Cóndor de los Andes”, según explica el biólogo y mágister en Educación Ronald Mauricio Parra Hernández.

Su meca

La magia de estos organismos bioindicadores de calidad de los hábitats, y que representan grandes valores al ecosistema como ser polinizadores, dispersores de semillas, controladores de plagas y por contribuir con el flujo de nutrientes, se puede observar en todo su esplendor en cada rincón de la ciudad, en unos lugares con mayor variedad y número.

Los sitios ineludibles para el pajareo son las lagunas de Picaleña y El Toro, reservas como Santafé de los Guaduales y Gaia, junto con los jardines botánicos Alejandro Von Humboldt, de la Universidad del Tolima, y San Jorge, este último en el que pueden ser avistadas 211 especies diferentes.

Pero si de descubrir más riqueza se trata, la ruta es por el cañón del río Combeima (de Juntas hacia arriba) y los cerros noroccidentales, en el sector conocido como Clarita Botero, donde, si el clima lo permite, se pueden apreciar más de 200 especies durante el recorrido.

Encanto de Toche

Si bien cuenta el experto Ronald Parra, todo el Cañón del Combeima es un edén para la observación de aves, hay un punto que seduce a los estudiosos, y es la zona de Toche, especialmente el cañón que se extiende desde Ibagué hasta el cañón de Cocora, donde se puede observar el ave representativa de la zona: el Toche, un pájaro de color amarillo, así como el Loro orejiamarillo, que está en peligro, a raíz de la tala de su hábitat: la palma de cera.Allí también se pueden capturar las mejores imágenes de pavas y Atlapetes de anteojos, una de las aves más emblemáticas del Tolima.

De pajareo por el Clarita Botero

Los cerros noroccidentales, el área que se le conoce como Clarita Botero, son para expertos y aficionados en el espectáculo que ofrecen las aves un sitio muy interesante para hacer observación, porque allí puede ser avistado cierto número de especies en peligro y especialmente endémicas como, por ejemplo, el (Anthocephala berlepschi), un colibrí frente rufo que solo se observa en esta zona, y la perdiz montañera (Odontophorus hyperythrus), que está en peligro de extensión.

Las aves del Jardín Botánico San Jorge

En un predio de 60 hectáreas, ubicado a cinco minutos del centro de Ibagué, yace el Jardín Botánico San Jorge, un pulmón natural que se ha convertido en un templo para las aves, a tal grado que se ha logrado registrar la presencia de 211 especies, de las mil 912 con que cuenta el país.

De acuerdo con información entregada por la entidad, la variedad de aves residentes (186) y migratorias (25), están distribuidas en 17 órdenes y 42 familias, de estas, las más representativas son las familias Columbidae (que agrupa palomas, tórtolas y afines); Picidae (pájaros carpinteros), Psittacidae (incluye los loros, guacamayos, cotorras y afines), Strigidae (comprende los búhos), Trochilidae (familia de los colibríes) y Tyrannidae (aves pequeñas a medidas, la mayoría con plumaje en varias combinaciones de negro, marrón, blanco y amarillo).

Especies

En los tesoros que deleitan la retina de los amantes de las aves en Ibagué se cuentan 13 especies endémicas. Presentes solo en Colombia: la Perdiz colorada (Odontophorus hyperythrus), el Periquito de los nevados (Bolborhynchus ferrugineifrons), el Tororoi (Grallaria milleri), la Cotorra montañera (Hapalopsittaca fuertesi), la Habia copetona (Habia cristata), el Atrapamoscas apical (Myiarchus apicalis), el Colibrí Barbudito paramuno (Oxypogon stubelii), el Chango colombiano (Hypopyrrhus pyrohypogaster) y la Eufonia fentinegra (Euphonia concinna), junto con el Atlapetes de anteojos (Atlapetes flaviceps), la paloma Caminera Tolimense, y el colibrí del Tolima y Huila (Colibrí de frenti rufa), que vuela por el Cañón del Combeima y los cerros noroccidentales.

Igualmente, se incluyen 16 casi endémicas restringidas a dos países o a un rango geográfico pequeño, entre ellas el Loro orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis), que solamente se puede apreciar en Colombia y que fue considerado como extinto durante años, así como el Guaramaca paramuno (Phalcobaenus carunculatus), el Águila crestada (Spizaetus isidori), la Esmeralda piquiroja (Chlorostilbon gibsoni), la Tangara rastrojera (Tangara vitriolina), el Hormiguero carcajada (Thamnophilus multristriatus), el Colibrí de frente azul (Amazilia cyanifrons), el Zamarrito de botas negras (Eriocnemis derbyi), el Colibrí paramuno áureo (Eriocnemis mosquera), el Leptopogon rufipectus, Urothraupis stolzmanni, la Grallaria rufocinerea, el Anairetes agilis, el Xenopipo flavicapilla, la Asoma limón (Ramphocelus flammigerus) y el Abanico (Myioborus ornatus).

A estas se suman un sinnúmero de especies migratorias (51, para ser exactos) que arriban a nuestro territorio, provenientes del Norte de América (Canadá y Estados Unidos) y el Sur de Suramérica (Argentina). Entre estas, algunas especies de águilas como las cuaresmeras (Buteo platypterus), el Aguililla tijereta (Elanoides forficatus) y otras que pasan surcando los cielos durante la época de Semana Santa; algunas especies acuáticas que llegan a los humedales como el Pato Aythya affinis (Pato canadiense), Garzas (Egretta caerulea), aves playeras como (Actitis macularia), unos atrapamoscas como el Atrapamoscas tijereta (Tyrannus savana), Golondrinas (Hirundo rustica), mirlas, y algunas especies pequeñas canoras como las reinitas, aves muy coloridas que juguetean entre los árboles de la ciudad.

Credito
EL NUEVO DÍA

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