Chicó, un pequeño pulmón para la ciudad

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En el extremo nororiental de la ciudad se levanta al lado de un pequeño bosque, el barrio Chicó, poblado de gente humilde y trabajadora, con ganas siempre de luchar por la comunidad.

En la comuna Siete, ubicada al nororiente de la Capital Musical, se levanta el barrio Chicó, que aunque pequeño en su extensión, sus habitantes tienen toda la fuerza y voluntad para trabajar en comunidad por sus ideales.

Sus habitantes reconocen que este sector está estigmatizado por la violencia, pero en realidad, quienes lo habitan son personas trabajadoras y dedicadas.

Son alrededor de 156 casas con aproximadamente 600 habitantes, los cuales ante cualquier dificultad tratan de batallar de manera mancomunada, para resolver sus problemas.

Se sienten orgullosos de tener en su barrio un pedacito de zona verde, que a punta de sacrificio logran mantener, aunque reconocen que les hace falta una manita de las autoridades ambientales.

Según Alfredo Parra, fiscal de la Junta de Acción Comunal, el lugar es muy tranquilo, “acá todos somos unidos, la gente es muy trabajadora”.

Para resaltar

Dellanira Alcantar Rique, presidenta de la JAC, indica que lo positivo de este barrio es la unión de la comunidad, “aquí tenemos gente unida, compañerista, guerrera y trabajadora, para ejemplo tenemos las empresas que hay en el barrio”, señaló.

En este barrio existen dos microempresas que demuestran el esfuerzo y el trabajo de los tolimenses y más aún de los habitantes de este sector.

Los dueños de estas microempresas, una despulpadora y una envasadora de agua, dicen sentirse orgullosos de poder generar empleo, y que aunque son pocos, por lo menos hay familias que tendrán comida en sus casas, gracias a estos trabajos.

Señalan que no ha sido fácil crear empresa y sobrevivir ante la competencia, pero que poco a poco han logrado ganar clientela.

De esta manera los habitantes del barrio Chicó, a pesar de las dificultades, madrugan a diario para trabajar por los suyos, y para ayudar a quienes lo necesitan.

Para Resolver

La Presidenta de la JAC, indicó que tienen un problema grande de consumo de alucinógenos, y aunque la mayoría de consumidores no son del barrio, si llegan hasta el polideportivo para generar inseguridad a los residentes.

Algunos habitantes reconocen que aunque el número de consumidores se ha reducido, aún se reúnen alrededor de 30 muchachos a fumar y a fomentar la delincuencia.

Además, indican que aunque la Policía ha estado pendiente de la situación, y que la Sijín ha hecho operativos, el problema persiste.

El estado de las vías, también es una dificultad en la agenda, ya que varias cuadras están sin pavimentar y tan solo una está certificada para ser intervenida, a todas las demás calles del barrio, tienen que arreglarle primero el alcantarillado, antes que pensar en pavimentar.

“Estas vías no se pueden pavimentar hasta que no se intervenga el alcantarillado, que tiene los mismos años que tiene el barrio”, aseveró la Presidenta. La energía eléctrica es un problema que los aqueja de manera constante, ya que, al parecer, la potencia es tan baja en el sector, que el servicio presenta intermitencias, y si algún aparato extra es conectado, inmediatamente la potencia se reduce.

Les cambiaron un transformador hace aproximadamente ocho años y de ahí no se ha vuelto a recibir más intervención a las redes, según informó la Presidenta.

Necesitan que les poden algunos árboles que se encuentran en malas condiciones, ya se ha caído alguno debido a las lluvias y esperan que no ocurra una tragedia, ya que por esta zona del sendero ecológico, suele transitar bastante gente, incluso hay gente que vive allí, cerca a ‘La Chicha’. Así mismo, hacen un llamado al Imdri, ya que según informó la líder comunal, llevan mucho tiempo solicitando que les adecuen el polideportivo, ya que al no tener enmallado, los balones terminan en la quebrada de desechos, o si no, cae en las casas vecinas, además este escenario necesita un arreglo de la loza, ya que se encuentra en muy pésimas condiciones.

Proyectos

La comunidad de este barrio, trabaja en varios proyectos para alejar a los jóvenes del flagelo de la drogadicción.

Junto a la iglesia Salem, liderada por Manuel Naranjo, desean trabajar para rescatar a los jóvenes y brindarles un espacio para que aprendan algo de música, a tocar instrumentos y a tener otras opciones diferentes. “Esta es la capital musical pero no hay un espacio, en donde enseñen a los jóvenes música de manera gratuita, y pues nosotros tenemos toda la voluntad de poder enseñarles guitarra, percusión y piano”, indicó Naranjo. Lo que les hace falta, según expresaron, son instrumentos, ya que la parroquia cuenta con apenas una guitarra, un piano y una batería que es insuficiente para la cantidad de jóvenes que desean adherir a este propósito.

Se realizan jornadas lúdicas con los adultos mayores para brindarles al menos una vez al mes, la posibilidad de diversión, aunque la Presidente reconoce, que hace falta un espacio donde poder realizar de una mejor manera estas actividades, este barrio no cuenta con un salón comunal. Por esta razón la comunidad se ha unido en torno a varias actividades como las tamaleadas, con las que pretenden recolectar fondos para pagar el diseño y el presupuesto de este salón comunal, para entregárselo a Infraestructura municipal. Según indica la Presidenta, el Alcalde se comprometió en ayudarles con la construcción del mismo, ya tienen el terreno, que con lucha y sacrificio lo consiguieron, “hay gente que ha querido tomar posesión del predio, pero ya tenemos paramento, y uso de suelos, necesitamos es que nos ayuden a nivelar el terreno para empezar a trabajar”, concluyó.

Credito
EL NUEVO DÍA

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