Por ejemplo, entre la avenida Guabinal y la carrera Quinta, sobre el puente, y a diferentes horas del día, es común ver jóvenes que piden ayuda económica de una forma bastante agresiva y amenazante. Incluso, los limpiavidrios se tornan agresivos cuando los conductores no les otorgan alguna ayuda monetaria.

Según vecinos y trabajadores de la zona, también personas con problemas de adicción y habitantes de calle han reactivado las escaleras, las bancas, columnas y los corredores del parque Centenario para consumir toda clase de alucinógenos.

Los más descarados han convertido parte del escenario en un baño público, por lo que los olores nauseabundos se alborotan, especialmente con las altas temperaturas, lo que afecta particularmente las actividades relacionadas con venta de alimentos. También resulta diciente el abandono en que se encuentra la infraestructura, cuya inversión solo aparece cuando se realiza el Festival Folclórico u otros eventos de región.

 Por ello, es importante advertir a las autoridades policiales y municipales para ejercer un mayor control y lograr recuperar definitivamente este corredor que se proyecta como turístico y musical, y que debe dar ejemplo de convivencia y seguridad ciudadana, mucho más cuando la sociedad civil espera que el Panóptico entre en operación y el Eje Cultural de la 10 se comience a materializar con acertadamente.