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En el lugar reposan más de 100 costales a lado y lado de la ribera del río, que sumado a las rocas que dan peso para que el afluente no los arrastre, están repletos de basura y desperdicios; incluso hay más elementos listos para disponerse sobre el afluente.
Esta redacción se comunicó con César Gutiérrez, secretario de Ambiente y Gestión del Riesgo, quien indicó que está al tanto de la situación que no solo contamina el afluente, sino que podría desencadenar un accidente por un eventual represamiento del río.
“Esas bolsas en algún momento el agua las puede trasladar y fácilmente río abajo puede causar un represamiento o una afectación diferente”, indicó Gutiérrez.
El funcionario recordó que nadie puede hacer intervenciones en el cauce sin la autorización de las autoridades ambientales, en este caso Cortolima.
La situación ya fue puesta en conocimiento de la CAR y se espera que sea la autoridad ambiental la que realice la remoción de estos escombros.
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