Palocabildo, despensa agrí­cola del Norte del Tolima

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
El municipio 47 del Tolima cuenta con 65 kilómetros cuadrados de extensión y tiene 23 veredas y dos centros poblados.

El terror de las balas, los atroces crímenes y las amenazas que alguna vez azotaron a Palocabildo han quedado en el pasado para sus habitantes.

El desarrollo agrícola, comercial y turístico se ha ‘tomado’ la población, que durante más 10 años fue dominada por los grupos armados ilegales (ELN, FARC y Paramilitares).

A un lado quedaron los ‘toques de queda’ impuestos por los guerrilleros y las muertes que para muchos fueron “infames”.

“En esa época había hasta horario establecido de 6:00 de la noche a 6:00 de la mañana, en el que nadie se podía movilizar ya sea a pie, en moto o carro. Era una situación terrible. El problema también era con el comercio, ya que los vendedores eran extorsionados, no podían llegar carros de otros lugares con mercancía porque los grupos armados ilegales les quitaban todo”, expresó un habitante de la población del Norte tolimense.

Y agregó: “La gente no venía; existía ese temor de las personas para visitar a sus familiares que residen en Palocabildo, porque si llegaban con un carro bueno se lo quitaban o le pedían hasta un millón de pesos por el automotor y, aparte de eso, les pintaban el carro”.

La tierra no valía y la gente no invertía en el comercio de Palocabildo. El éxodo, aunque no pronunciado, se presentó en algunas de sus veredas.

“El territorio fue disputado primero por el ELN, bloque Bolcheviques del Líbano; en 2000 llegaron las FARC, una época más dura; y entre 2004 y 2006 estuvieron presentes los Paramilitares; pero, en realidad, lo más macabro lo cometió la guerrilla, que mataba por cualquier cosa. A una señora que trabajaba en casas de familia, una vez le dijo a dos muchachos que eran guerrilleros; días después apareció muerta”, recordó el habitante oriundo de Palocabildo.

A la memoria llegaron los momentos en que los guerrilleros, según los pobladores, utilizaban los negocios como la caja menor, “y quién iba a impedir eso, si los mismos policías se sentaban con ellos donde ahora queda el parque principal. Ellos (guerrilleros) aquí actuaban como les daba la gana, eran la Ley en ese entonces”.

Aunque para algunos, la época de los ‘paracos’ no fue tan ‘terrorífica’. “Los ‘paracos’ desaparecieron gente, pero la gente empezó a caminar por las carreteras y no molestaron a los que llegaban de otros lugares. A todos le sacaban la cuota mensual, pero la guerril­la mató más gente y por cosas absurdas”, dijo otro poblador.

Actualmente, las denuncias constantes en las zonas rural y urbana ante la presencia de personas extrañas ha servido para que las autoridades tomen medidas y eviten que el municipio vuelva a caer en manos de los grupos armados ilegales.

“Cuando las personas han observado la presencia de forma esporádica de algún grupo, se comunican con las autoridades y los denuncian, tomando una reacción inmediata”, manifestó Javier Reyes, secretario de Gobierno.

El resurgir

Luego de la desmovilización de los Paramilitares, Palocabildo resurgió de las cenizas como el ave fénix, llegando a ser uno de los centros de acopio del Norte del Tolima.

Productos como café, aguacate, plátano, yuca y frutas, entre otros, ahora se consiguen a bajos costos y de buena calidad.

“Hoy en día la parte agrícola ha mejorado mucho con la producción de café, aguacate, cacao, panela, plátano, yuca, caña, maíz, fríjol y habichuela, entre otros productos; esto ayudó a que la crisis del café no fuera tan grave”, expresó Henry Jaramillo, enlace municipal de Familias en Acción.

Aunque Palocabildo es el municipio más joven del Tolima, con sólo 14 años, “cuenta con diversidad de cultivos y no depende de un sólo producto, por eso es un centro de acopio para el Tolima. Hace dos años los campesinos los vendían en municipios como Mariquita, Honda, Armero - Guayabal e Ibagué, pero ahora los comerciantes de esas localidades llegan los fines de semana a Palocabildo a comprar los productos”, expresó Javier Reyes.

El comercio
Los locales comerciales y las tierras, que anteriormente eran conseguidos a precio de ‘huevo’, hoy en día están ‘por las nubes’.

“Ahora podemos ver negocios en las principales calles del municipio, hay buen comercio y debido a eso es costoso conseguir una casa o un local en arriendo; es más barato comprar una casa en Ibagué. Una hectárea de tierra, en algunas partes, la han vendido hasta en 50 millones de pesos. Esto debido a la calidad del terreno y la ubicación del municipio”, expresó Henry Jaramillo.

Para comerciantes como Elsy Alvarado, el aumento en el precio de los arriendos se debe “a la falta de locales comerciales ubicados en la zona céntrica y al interés de los habitantes en poner un negocio”.

Es constante el movimiento de turistas que llegan los sábados y domingos a la población a hacer mercado.

“No es sólo la producción de Palocabildo, sino de los municipios que lo rodean; mientras en otras localidades las plazas están cerradas los domingos, aquí no se puede transitar en carro por la concentración masiva de personas”, expresó Jaramillo.

Para el Secretario de Gobierno del Municipio, este ‘fenómeno’ en el aumento del costo en la propiedad raíz, se debe “a la seguridad; la gente puede venir a invertir tranquila y sin riesgos de perder la inversión. La seguridad lleva progreso y las fuerzas armadas tomaron el territorio, desa­lojando a guerrilleros y paramilitares”.

Credito
EL NUEVO DÍA

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