El proyecto de una industria cementera no es viable para el rí­o Luisa

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Se presume que alrededor de 36 metros cúbicos de agua, diarios, gastaría la cementera, en una zona donde no existe fuentes de abastecimiento hídricas para el municipio del Valle de San Juan

Un proyecto para la instalación de una industria cementera, de la sociedad Cemcolsa S.A, traería grandes impactos negativos para los municipios de San Luis y Valle de San Juan, debido a que alteraría la cadena trófica del río y las aguas se verían contaminadas por causa de los líquidos producto de las actividades industriales, afirmó un ingeniero residente en Valle de San Juan, quien allegó documentos a esta redacción, pero solicitó mantener su nombre en reserva.

Esta persona manifestó su preocupación con la ejecución de este proyecto, pues, afirmó, si bien está en jurisdicción de San Luis, las repercusiones serían tan graves que afectarían a los dos municipios.

El proyecto    
El proyecto comprende la instalación de una industria cementera; para tal fin la sociedad Cemcolsa S.A., inició ante la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, el trámite de una licencia ambiental que involucra un permiso de emisiones atmosféricas, un permiso de vertimiento y una concesión de aguas.

Dentro del proceso que se viene adelantando, la sociedad radicó un Estudio de Impacto Ambiental, el cual ha sido evaluado por Cortolima, a través de un informe técnico del pasado 8 de marzo de 2011.

Sin perjuicio de las repercusiones y los efectos que se derivan de una industria de estas características, en el expediente, que se encuentra bajo análisis, llama la atención de la comunidad, especialmente, el hecho de que en la zona no existen fuentes de abastecimiento hídrico para el proyecto.

En efecto, en el mismo informe se aclara la imposibilidad que asiste a los propietarios del proyecto para suplir la demanda hídrica de la industria que se quiere construir; el punto en concreto se aborda en los siguientes aspectos:

“Se presenta un capítulo sobre uso, aprovechamiento y afectación de recursos naturales, de la cual se establece que los cálculos de requerimiento de agua para  las etapas de construcción no concuerdan con lo expresado en la descripción del proyecto.  

“Se establece un consumo industrial de 36 metros cúbicos diarios y también se establece un valor de 1.5 metros cúbicos diarios.

“Así mismo, se establece que el agua para consumo humano será suplida por el acueducto de San Luis y la necesidad de solicitud de concesión de 0.55 litros por segundo del río Luisa para lo cual se diseñará una casa bomba, lo cual contrasta con la información especificada en la descripción del proyecto donde se señala la construcción de una bocatoma, donde se establece que la planta tomará el agua tanto para consumo humano como para consumo industrial del río Luisa mediante una bocatoma lateral de fondo con caudal de dos metros cúbicos por hora”.

Las inconsistencias en el informe
El ingeniero también manifestó que las inconsistencias en el estudio, son ciertamente abrumadoras; sin embargo, y sin perjuicio de las necesidades hídricas reales del proyecto, lo cierto es que no es posible para Cortolima resolver favorablemente las demandas de la sociedad Cemcolsa S.A., toda vez que no hay un caudal asignable.

Una reglamentación en los términos y bajo las condiciones establecidas en el Decreto Reglamentario 1541 de 1978, implica para la autoridad ambiental, la realización de un estudio previo con el único propósito de obtener una mejor distribución de las aguas de una corriente y garantizar un reparto equitativo del caudal entre los usuarios teniendo en cuenta el reparto actual y las necesidades de los predios que la utilizan.

En este caso, es evidente la deficiencia de caudal, razón por la cual, la asignación directa del recurso hídrico por parte de la Corporación en beneficio de la sociedad Cemcolsa y la asignación de una concesión, implicaría el desconocimiento de situaciones particulares y concretas previamente definidas por la autoridad ambiental en beneficio de cada uno los actuales beneficiarios de la reglamentación, sostuvo el ingeniero.

“Asignar un caudal a Cemcolsa implicaría reducir e incluso eliminar el acceso al agua de algunos usuarios de la reglamentación y  racionamientos de agua para otros tantos, pues aunque se desconocen las necesidades hídricas del proyecto; lo cierto es que la demanda de la fábrica oscila entre un metro cúbico y 35 metros cúbicos de agua al día, volumen que es muy significativo en el reparto y asignación de una fuente hídrica y en una zona en donde no hay fuentes de abastecimiento”, agregó.

Además, informaron que el alcalde de San Luis, Silverio Góngora Martínez, 'propone' ceder una parte del caudal de la concesión de aguas que abastece el servicio de acueducto del municipio en beneficio de la sociedad Cemcolsa. Dato que no se pudo corroborar, porque este medio de comunicación no se pudo comunicar con el Alcalde.

En el caso en concreto la asignación del recurso en beneficio de los habitantes de San Luis, no sólo afecta al cumplimiento de las disposiciones ambientales, sino también las normas que definen las condiciones bajo las que se debe prestar un servicio público y garantizar la calidad de vida de los suscriptores del servicio, en el caso en concreto del  acueducto.

“La iniciativa del Alcalde de San Luis, es abiertamente contradictoria con la postura que debe asumir el prestador de un servicio público, pues antes de reducir el caudal, el prestador debe garantizar el suministro del servicio.

“En este contexto, es claro que frente a la cesión del caudal que ha propuesto el Alcalde de San Luis, Cortolima debe abstenerse de aprobarla, pues por la cesión del caudal y su destinación a un uso industrial, se afecta la prestación  de un servicio público, se afecta a toda una población y se beneficia a una industria en detrimento de las necesidades de una comunidad.

“Una conducta de estas características  merece el reproche de las entidades que tienen a su cargo la fiscalización del desempeño de las funciones públicas”, puntualizó el ingeniero, en representación de la comunidad.

Credito
El Nuevo Día

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