La iniciativa privada está ahora en manos del Ministerio de Hacienda, el cual deberá darle el aval para ser presentado ante el mercado y abrir el concurso para los interesados en la construcción, aprobación que tardaría, en promedio, un mes. 

El proyecto ya está estructurado y tiene listos los diseños, por lo que, según los tiempos de la ANI, la adjudicación se daría, en caso de que hayan más proponentes, en diciembre de este año; y, en caso de que San Rafael no tenga competidor, se adjudicaría en agosto. 

La obra se estima en $1,3 billones y unirá Ibagué-Cajamarca hasta conectar con el túnel de la Línea, en promedio serán 80 kilómetros y un túnel en el punto denominado Boquerón. El proyecto se irá entregando paulatinamente en tramos de doble calzada, pero en su totalidad está previsto su culminación en el 2019. 

La iniciativa es considerada de gran importancia para la conectividad del país, “esta vía es fundamental para el comercio de Colombia con el Pacífico, con todas las obras que ya tenemos contratadas en este corredor, el camino de Bogotá a Buenaventura va a ser totalmente en doble calzada demorándose un 30% menos de lo que se demora ahora”, según lo señaló el presidente de la ANI, Luis Fernando Andrade. 

El proyecto será ejecutado con recursos 100% privados, pues al ser una iniciativa privada “tiene la gran ventaja que no requiere de recursos público ni de garantías”, explicó Andrade. Sin embargo, dijo que el proceso ha sido largo y ha tardado, en promedio, lo mismo que un proyecto de origen público porque “al final del día nosotros exigimos que esté llegue al mismo estándar. Tenemos que asegurarnos que los diseños cumplen con las normas y que los costos están bien definidos”. 

El concesionario San Rafael está compuesto por el grupo Colpatria y varios de los principales constructores del país, “es una de las mejores concesiones que tenemos en este momento en operación” y fue la ejecutora de la doble calzada Ibagué-Girardot.