Para cumplir con esta celebración, de dos días, los propietarios y trabajadores tuvieron que esforzarse un poco más que de costumbre, ya que vivieron una maratónica jornada de atención, pues la preparación de un buen lechón demanda tiempo y esfuerzo, así lo contó la señora Isaura Naranjo, representante de la lechonería San José, quien se dedica a la preparación de este plato típico desde hace 30 años.

“Estos días nos hemos acostado a las 2 de la mañana y levantado a las 3 para meter candela al horno”, igualmente narra que la demanda fue tan alta que el domingo en la noche no se durmió para poder cumplir con el pedido.

Otra de las opciones que se encontraron en estos días de la lechona fue la gourmet, aquella que, según Elizabeth Pérez, está compuesta de carnes magras, es decir cerdos criados con concentrados, lo que hace que la “lechona sea muy sequita y baja en grasa”, explicó.

Por su parte, Polidoro Cotrino terminó ayer de vender sus platos de lechona a las 11 de la mañana, lo que refleja que su producto tuvo buena acogida, este logro se lo agradece a Rosalba, la persona encargada de darle ese sabor único que se ofrece en Doña Lechona.

Él cuenta con orgullo que desde hace 28 años se dedica a esta labor y que en la actualidad tiene clientes ‘fieles’ que visitan su negocio.

“Luego del desfile empecé las ventas fuertas, la venta fue magistral. Creo que logré mi deseo de conquistar a la gente y dejar una buena impresión entre los turistas”, contó.

Esta es una conmemoración con que se da cumplimiento a la Ordenanza 020 de 2004 de la Asamblea.

Los comensales desgustaron de uno de los íconos de la gastronomía tolimense.