Al día de hoy, ya se ha logrado desarrollar parte del proceso y la capacitación de los pequeños mineros para que se asocien y tengan poder de negociación.

Con esta estrategia se busca que los comerciantes obtengan un valor acorde al esfuerzo que le exige la labor diaria de extraer minerales.

Uno de los lugares visitados ha sido Tapias, allí los mineros subsisten en situaciones muy difíciles.

“Por ejemplo, los señores viven todo el día metidos entre agua a bajas temperaturas y sobre piedras, lo que les deforma los pies. En el caso de las señoras y los niños pasa los mismo”, contó Jorge Andrés Gutiérrez, secretario de Desarrollo Económico.

Para cambiar esta realidad, lo primero es lograr que se asocien, ya que el objetivo es lograr que el Banco de la República les compre directamente el oro y evitar que lo vendan en el mercado negro, en donde les pagan a muy bajos precios.

Para alcanzar esta meta, recientemente se firmó un convenio con la Universidad del Tolima, por el que se permitió formalizar a 11 mineros de igual número de municipios, entre los que se cuentan Anzoátegui, Ibagué, Chaparral y Ataco.

Para ser reconocidos como pequeños mineros formalizados, el Ministerio de Minas, por medio de las Alcaldías municipales, les hace entrega unos carné, documento que los hace portadores de derechos y deberes.

Entre los derechos que adquieren es poder trabajar de manera tranquila en la minería artesanal, sin el temor de ser retenido por la policía Ambiental.

Por los compromisos está que solo se les permite ‘barequear’ en el municipio donde residen, en caso contrario pierden el carné, y quedan bajo las sanciones que imponen las autoridades ambientales respectivas.

Esta es una estrategia a la que apuesta el Ministerio de Minas, porque opinan que la “formalización es el mejor antídoto en contra de la extracción ilícita de minerales.

“La mayor parte de nuestra minería es a pequeña escala, por eso nos comprometimos a identificarla, organizarla, caracterizarla y capacitarla”, afirmó la Viceministra.

Inventario 

La Corporación Autónoma del Tolima, como entidad que acompaña el avance de este proceso de formalización, elaboró un estudio en el que se estableció que en Anzoátegui, Ibagué, Cajamarca, Valle de San Juan, Coyaima, San Luis, Chaparral y Ataco hay mil 450 familias que dependen de la minería de subsistencia con la extracción de arenas, gravas y oro.

Por ello, la idea es hacer un acercamiento a ellas a través de una tarea conjunta con el Minminas, Sena, Icbf y la Gobernación, para enseñarles prácticas mineras amigables con el medio ambiente.