A simple vista se puede evidenciar que el mayor deterioro está sobre la carrera Segunda, en la que se han caído las casas por el debilitamiento de la tierra; esto, según los habitantes, porque por allí cruza el río Magdalena.

Y no se equivocan con esta suposición, pues según explicó Jorge Enrique Cardoso, director de Cortolima, estos procesos erosivos se deben a una inadecuada administración de las zonas de ronda, “por ello se está asesorando a los alcaldes para que rediseñen y ajusten los Esquemas de Ordenamiento Territorial y establezcan los componentes de riesgo”.

La carrera Segunda es la vía más importante de la población y era reconocida por sus restaurantes, que al día de hoy pasaron a ser solo puestos de comida.

Otra de las zonas que está en riesgo de caerse es la unidad deportiva, y el deterioro llega hasta la iglesia Nuestra Señora de Fátima.

Está problemática ha generado la migración de los habitantes hacia distintas zonas del país, especialmente hacia Bogotá, contó Antonio Caro, líder del municipio e integrante de la fundación Clementina Camacho.

Cardoso también dijo que esta problemática es asumida por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y el Ministerio de Ambiente.

“En específico la que tiene la responsabilidad de hacer las obras de mitigación de sus zonas de ronda es Cormagdalena, como administradora especial del recurso hídrico del río Magdalena”.

Cabe recordar que esta situación ha tenido que ser sorteada por la población flamenca un largo tiempo.