La vereda Albania de Mariquita está ad portas de una crisis sanitaria por la escasez de agua.

Las 60 familias que habitan el caserío, indicó el presidente de la Junta de Acción Comunal, Julio César Guzmán, ya sienten las afectaciones por la falta del preciado líquido.

Además de no contar con el servicio domiciliario, los 130 estudiantes de la sede veredal de la institución educativa Francisco Núñez Pedroso podrían quedarse sin clases, o ver reducidas sus jornadas académicas.

“Hemos hablado con la comunidad educativa mirando alternativas para que los alumnos no se vayan a afectar, pero como nos indican es muy complicado continuar las clases sin agua”, dijo.

Guzmán indicó que la fuerte ola de calor que azota desde hace varios meses la población ha reducido el caudal de las quebradas que surten el acueducto, lo que dificulta el suministro, que de antemano es tortuoso por la falta de infraestructura necesaria para transportar el agua de la fuente hasta sus pobladores.

Los habitantes de Albania completaron un mes sin agua, y desde hoy empezarán a abastecerse de la vereda vecina Malabar Alto.

A través de una motobomba que les fue facilitada por un tercero tomarán el líquido de la quebrada Bocorná, lo que permitirá el servicio por horas.

“Estamos sumidos en una escalada de sed, en razón a que la quebrada El Coco, que surte el río Guarinó mermó en un ciento por ciento”, narró el Presidente de la JAC.

Acciones humanas son las causantes

A las altas temperaturas, generadas por el fenómeno de ‘El Niño’ se suma la mano humana, que según da cuenta el representante de la comunidad, es en mayor proporción la causante de la falta de agua en Albania.

De acuerdo con las denuncias, propietarios de las fincas están provocando cambios de cobertura vegetal del suelo, generando que los nacimientos de agua que abastecen del líquido a las familias campesinas se encuentren desprotegidos.

“La gente por ampliar sus parcelas está talando y dejando sin protección las cabeceras y los nacederos, con el fin de tener más tierra para cultivar. No han entendido que estas acciones nos tienen con sed, y que muy pronto podrían desencadenar hasta guerras”, refirió.

De esta situación agregó Julio César Guzmán ya se ha dado parte a las autoridades ambientales, y hasta es más, se habría desarrollado una salida de campo, en la que se detectaron “quemas descontroladas y talas indiscriminadas”.

Situaciones similares estarían adelantándose en las veredas Cerro Gordo y Malabar Alto.

Allí, comentó la presidenta de la JAC de Malabar Alto, Carmen Parra Vargas, están acabando con la vegetación nativa que protege la quebrada Bocorná, precisamente la que ayudará a mitigar la emergencia en Albania.

Los dos líderes llamaron a sus congéneres a entender la importancia de reforestar estos afluentes y a respetar las áreas de protección.

Igualmente exhortaron a las autoridades a tomar las acciones pertinentes, con el fin de evitar “que las masacres al medio ambiente” se sigan registrando.

“Solicitamos a Cortolima aplicar las sanciones a que haya lugar a ver si por fin así la gente entiende que invadir las áreas de protección de los ríos y quebradas es un delito”, acotó Julio Guzmán.