Este es un trabajo que ha tenido la participación constante de las familias, motivo por el cual los padres han aprendido más de sus hijos.

La idea del centro es que en él se practique diferentes actividades que ayuden al desarrollo de los menores de las distintas edades que asisten de forma permanente.

También hay un lugar para el arte de pintar: a través de este ejercicio los estudiantes han mejorado notoriamente sus destrezas y los motiva a no fallar a clase.

“Trabajo con los niños agrupándolos según su capacidad motora, ellos en sus cuadros plasman colores muy vivos, les encantan los colores fuertes”, dijo Rubén Darío García, instructor de artes plásticas.

El pintor dicta clase dos veces a la semana y cuenta que ha sido muy gratificante, ya que le ha ayudado a desarrollar aún más su sensibilidad, afirmó que se sorprende a cada instante con las obras de sus estudiantes.

Manos amigas

La iniciativa cuenta con el apoyo de la Administración municipal, porque “este es un programa que nos ha permitido llegar de mejor manera a la población con discapacidad y lograr que optimicen las condiciones de los niños que en ocasiones son difíciles de detectar y que a veces los rechazamos, al igual que nuestros abuelos, por ello estamos trabajando prioritariamente con estas dos comunidades”, explicó Néstor Trujillo, alcalde de Prado.

En este mismo lugar, también funciona el Centro de Integración Ciudadana, que cuenta con el apoyo del Icbf. En la actualidad hay 120 niños de primera infancia que también reciben acompañamiento constante.