Si hay algo que hable de un territorio y lo describa de una manera más integral, esos son los himnos. En su letra, así como en su música, todos buscan plasmar con el mayor detalle posible esa identidad y darla a conocer al mundo.
Y qué mejor ejemplo de estas nobles intenciones que el Tolima, un departamento que, entre las usuales notas marciales también sobresalen danzas, pasillos, bambucos, valses y guabinas que hacen reforzar esos rasgos propios.
Pero en medio de esta lista de virtudes que tienen también se guardan algunas curiosidades: por ejemplo, el de Casabianca tiene 11 estrofas, el de Melgar, 10; los de Villarrica y Armero - Guayabal, ocho cada uno, y el de Suárez, siete: prácticamente más largos que el de Ibagué, que tiene cuatro.
Los hay de aires típicos
A esta selecta lista pertenecen 16 municipios, en su mayoría del Sur del Departamento: son Alpujarra, Anzoátegui, Chaparral, Coyaima, Cunday, Fresno, Líbano, Mariquita, Natagaima, Ortega, Palocabildo, Purificación, Rovira, Saldaña, San Antonio y Valle de San Juan.
No está de más recordar que muchas de estas ya son del patrimonio colectivo del Tolima, como el caso de Coyaima (‘Dulce Coyaima indiana’), Mariquita (‘La mariquiteña’), Ortega (‘Ortegunita’), Chaparral (‘La sombrerera’), Líbano (‘Ciudad de torres blancas’) y Purificación (‘El purificense’).
Pero también está Alpujarra, cuyo himno es un bambuco de Carlos Ariel Pinzón, no tan conocido, y en el que se describe al vigía Altamizal, que “desde tu cumbre feraz, ondea la hermosa campiña y a la Vega del Gramal viste de oro el arrozal, cuando brotan las espigas”.
Por tomar otro ejemplo, está Cunday, donde José Lorenzo Vera Clavijo rinde su tributo en un vals a los ríos Cuinde y Cunday, en los que “salía el Mohán con su tabaco a cambiar peces por sal”, así como a la cascada del Vichía y las famosas cuevas del Edén.
Está además el de Rovira, oficializado mediante acuerdo en 1999, en el que se representan el río Luisa y el paseo obligado a Guaco, Mateguadua y la cascada de Martínez, así como el testigo centenario que es la ceiba y las laderas de La Chapa, por las que llegaron los primeros nómadas.
‘Tierra de mis mayores’, de Fray Julián Santamaría, entre tanto, es un bambuco que habla de Fresno, describiendo esa vocación que lo caracteriza como portador de “mi casta arriera. Preso en los cerros tutelares, que oscurecen las brisas del Magdalena”.
El vals con que se identifica Anzoátegui reseña, en menos de tres minutos, el cerro Beima, las calles empedradas y los balcones de cedro adormecido, todo ello “anclado en una cumbre de imponente cordillera, entornado de un paisaje montañés”.
La invitación a admirar las ceibas, el cerro del Mohán y la capilla de Contreras de Valle de San Juan, así como a acoger la dulzura que en Natagaima ofrecen en conjunto cañas, tiple y tambor, “ríos, llanos y Pacandé”, también son parte de este pentagrama.
Algunos fragmentos
Armero - Guayabal
Guayabal, te has unido con Armero
y el amor hacia ti me fortalece
con Omaira tú siempre me acompañas
y al mundo este canto doy solemne.
Cajamarca
En esta hermosa meseta,
quizá cuna de poetas,
Cajamarca fue fundada con amor,
circundada por los ríos que al unirse a sus nidos son Anaime y Bermellón.
Falan
Falan, mi tierra querida
balcón del Tolima
pueblito inmortal,
lleva en mi canto el anhelo
que en tu hermoso suelo
florezca la paz.
Melgar
La Melgara y La Palmara
con sus aguas cristalinas
y el mirador del tablazo
son baluartes del Tolima.
Planadas
En noches silentes de plenilunio
se oye a lo lejos un cantar
es la dulce serenata,
queja sentida copla rebelde
del río Atá.
Suárez
Fue la aldea “Iqueima” tu cuna,
cacicazgo que siglos después,
Santa Rosa llamaron sin duda
Sánchez Ruiz con De Olaya y De Luna,
fundadores valientes los tres.
Villahermosa
Los titanes de Antioquia divina,
rebosantes de fuerza y valor,
conquistaron las tierras Andinas
y encendieron en ellas un sol.
Coello
El Magdalena y el Coello
bañan mi pueblo natal
adornando con sus aguas
el ambiente tropical.
Venadillo
Preludio en la montaña
remanso del Palmar,
el canto de las mirlas
arrulla el pajonal.
Lérida
Era la tribu de los Panches,
de Bledos y Coloyas se formó,
y unos sacerdotes Franciscanos
fundaron a este pueblo en su misión.
Ambalema (balada)
Qué orgulloso me siento cantando
Ambalema ciudad Colonial,
casas lindas de bahareque
y columnas de guayacán.
Comentarios