“Se le debe a cuatro trabajadores de La Uribe una semana de trabajo, a la señora de la comida y a unos señores de unas volquetas”, en sus cálculos, las acreencias no superarían los $20 millones.
En cuanto a las inconformidades expuestas, Castro reconoció que hubo retrasos por varias semanas, pero que los motivos fueron explicados oportunamente, asimismo, agregó que Jairo Quijano, uno de los quejosos, era un trabajador externo, con el cual ya se está a paz y salvo.
En cuanto al desarrollo de las obras, ya irían en un 95 por ciento y estarían programadas para ser entregadas la próxima semana.
Añadió, que el consorcio contaba con recursos propios y un pago parcial que recibió de la Gobernación, dinero con el que se adelantó el proyecto y se hicieron varios pagos.
También, que al estar finalizando la obra, el consorcio está organizando las cuentas para quedar a paz y salvo con la comunidad.
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