El mandatario de la población flamenca Juan Pablo Suárez dijo que tanto en Cundinamarca como en el Tolima se está en alerta tras el anuncio, por ello, se emprendió un plan para tratar de suplir el ‘hueco’ que queda, pues se pierden varios servicios especializados.

Suárez indicó que por ahora los usuarios que llegan a urgencias están siendo remitidos al hospital Dumian, antiguo San Rafael de Girardot.

Por su parte, voceros del hospital municipal del Espinal le contaron a esta redacción que son 200 camas las que salen del servicio, asimismo, que una reciente reunión que se adelantó con la Superintendencia Nacional de Salud y la Secretaría de Salud del Tolima, se puso en conocimiento los efectos del cierre.

También, contaron que la semana anterior una usuaria de Sanitas que estaba en periodo de gestación no fue atendida en Girardot, hecho que ocasionó que tuviera que llegar por sus propios medios al Espinal.

Esto significa que como lo había proyectado la gerencia del San Rafael en el Espinal hace algunos meses, existe una alta probabilidad que los pacientes que no sean atendidos en la región vecina llegarán a la red de hospitales del Tolima.

Otra que se suma

El cierre de centros hospitalarios pareciera que se volvió parte del día a día y aunque se buscan alternativas para mantenerse en operación, la realidad les impide cumplir con el objeto social por el cual fueron creadas.

A través de un comunicado la IPS informó que en enero de este año instauraron una tutela en contra de la Secretaría de Salud de Cundinamarca en la que se puso en conocimiento el cierre y que se necesitaba la habilitación de un nuevo operador, pero esta fue fallada en contra, porque la Secretaría respondió que existen otras entidades en funcionamiento, sin embargo, en la San Sebastián es una de las pocas entidades de esa región que contaba con servicios de hemodinamia, electrofisiología, cirugía cardiovascular, entre otros y de los pocos prestadores de maternidad y pediatría.