Las razones por las cuales no se ha dado la acreditación de alta calidad a la UT

Informe de consejeros del CNA advierte que la Universidad del Tolima “podrá presentarse nuevamente a un proceso de evaluación con fines de acreditación institucional”. Directivas de la alma máter trabajan en una solicitud de reconsideración.

Aunque se dice que el que persevera alcanza, para la Universidad del Tolima alcanzar la Acreditación Institucional se le ha convertido en todo un reto.

Recientemente se conoció que el Consejo Nacional de Acreditación, CNA, en un oficio del 30 de agosto, reiteró una serie de recomendaciones a la alma máter “para que alcance mayores niveles de calidad y pueda presentarse a un nuevo proceso de acreditación institucional”.

El listado de sugerencias entregado por el CNA lo conforman nueve puntos en temas como investigación, bilingüismo, procesos estatutarios y deserción intersemestral, en los cuales se deberá entrar a fortalecer los procesos para volver a buscar el distinguido reconocimiento.

 

Debilidades

Entre las recomendaciones señaladas está que se debe implementar estrategias a lo largo del currículo que contribuyan a elevar el nivel de desempeño de los estudiantes en las pruebas Saber Pro, esto teniendo en cuenta que entre el 2016 y 2018 los resultados estuvieron por “debajo del promedio nacional en: comunicación escrita, razonamiento cualitativo, lectura crítica, competencias ciudadanas e inglés”, se precisa.

En el documento que está en el portal de la Institución, se indica que además, la Universidad deberá poner en marcha planes que ayuden a elevar la producción de los grupos de investigación para alcanzar un mayor nivel en la categorización, también, es necesario “elevar el número de profesores reconocidos en Colciencias como investigadores, con el fin de fortalecer la comunidad científica de la Institución”.

En el área de los idiomas se pone en consideración revisar la fórmula para “elevar el nivel de bilingüismo de profesores y estudiantes”, al igual que, la interacción con comunidades extranjeras. Y en el campo de la movilidad estudiantil se sugiere aprovechar los convenios interinstitucionales “para elevar la cooperación académica y científica”.

En el oficio se resalta que de manera “primordial” se debe mejorar la relación docente - estudiantes, teniendo en cuenta que según datos del primer semestre de 2019 la UT contaba con 20 mil 551 estudiantes y 312 profesores de tiempo completo y ocho de medio tiempo. Es decir que por cada docente hay 65 estudiantes.

Igualmente, se recomienda finalizar el proceso de actualización de los estatutos General, Estudiantil y Profesoral, igualmente, crear métodos y destinar recursos para disminuir los índices de deserción “intersemestral a niveles por debajo del promedio nacional”.

En el oficio firmado por seis consejeros del CNA, se reconoce la capacidad y compromiso académico de la Universidad, por lo que se indica que “podrá presentarse nuevamente a un proceso de evaluación con fines de acreditación institucional, según lo establecido en los Lineamientos para la Acreditación Institucional aprobados por el Cesu (Consejo Nacional de Educación Superior)”.

 

Un proceso que lleva tiempo

El recorrido para obtener la Acreditación comenzó en 2012, año en que el CNA negó la solicitud e hizo un listado de 23 recomendaciones para mejorar en temas como aumentar el número de profesores de tiempo completo, fomentar las actividades investigativas, adecuar el modelo pedagógico del Idead, mejorar infraestructura, entre otros.

Luego, en febrero de 2018 se reinició el proceso y en noviembre de ese año la institución radicó el informe de autoevaluación. La visita de los pares se hizo entre el 21 y 23 de marzo de este año y según el informe de Evaluación Externa con Fines de Acreditación Institucional, firmado por los seis pares académicos el 5 de abril, dicha visita dejó nueve recomendaciones para mejorar la calidad institucional.

En el listado se relaciona mejorar la capacidad de gestión de recursos externos para la investigación, trabajar en los estatutos, evaluar el impacto del programa de permanencia y graduación estudiantil.

Tras esta respuesta, el 27 de mayo el rector Ómar Mejía remitió al coordinador Académico del CNA un oficio con los comentarios sobre el resultado del informe.

En el documento se señala que se busca hacer “precisiones de ciertos aspectos que no aparecen registrados” y puntualizar en datos significativos que evidencian los avances “en aras de la Acreditación Institucional”.

Al parecer, la respuesta a los argumentos del directivo fue la del 30 de agosto en la que el CNA mantiene las recomendaciones.

Ante esta reiteración, se conoció que la administración de la Universidad está construyendo “una solicitud de reconsideración que evaluará el Consejo Nacional de Acreditación”, trámite del que se espera conocer una respuesta en diciembre.

 

Las fallas hacen parte del proceso

Algunos expertos consideran que en el proceso de acreditación es normal que surjan problemas para mejorar, por lo que es la misma universidad la que propone un plan de mejoramiento ante el CNA, cuando la entidad evaluadora acepta la solicitud se nombra una comisión de pares para confirmar si las fallas se pudieron superar o se mantienen, si sucede lo último, la acreditación se niega.

Asimismo, en estos casos se puede recurrir a una especie de apelación, pero no hay garantías de que la decisión inicial cambie, por lo que si continúa, las instituciones deben emprender un programa de mejoramiento para fortalecer sus debilidades y cuando consideren que ya están superadas puede iniciar de nuevo el trámite, explicó Luis Alfonso Ramírez, investigador emérito de Colciencias y quien ha participado en varios procesos de acreditación.

Credito
EL NUEVO DÍA

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