La agricultura lleva al empoderamiento a un grupo de mujeres víctimas en el Tolima

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
Con el optimismo de encontrar un mejor futuro para sus hijos y de no dejar que se olviden de sus raíces, unas mujeres se llenaron de ‘berraquera’ para regresar a los lugares del que tuvieron que huir años atrás.

Los comienzos suelen ser difíciles y aún más cuando se hace cargando las cicatrices y el dolor que dejó el hecho de haber estado en medio del conflicto armado. Sin embargo, el amor por la familia, las ganas de salir adelante y hasta la necesidad de tener algo propio, lograron transformar el temor en coraje en decenas de mujeres que decidieron retornar a sus lugares de origen para reiniciar su proyecto de vida.

En el Líbano, se reunieron ayer alrededor de 22 emprendedoras provenientes de Lérida, Falan, Fresno, Villahermosa, Ataco y Alvarado, para compartir sus experiencias y el progreso que han alcanzado a través de la asociatividad.

Los logros obtenidos son gracias a la agricultura y al sostenimiento de animales, oficios en los que generalmente mandan los hombres, pero en los que ahora las mujeres con su tenacidad y perseverancia se han abierto espacio.

 

Iniciar de cero

Aunque no fue fácil regresar en 2015 y recuperar la confianza, Luz Diva García, habitante de zona rural de Lérida, considera que la decisión fue acertada pues a través del sostenimiento de siete unidades de ganado está logrando consolidar una fuente de sostenimiento económico y a la vez su empoderamiento.

Contó con tristeza que en la época del conflicto “perdimos todo, empezando por la vida de mi papá. Ya son cosas que toca dejarle a Dios y empezar un nuevo camino con los hijos y me ha ido muy bien”, narró la mujer.

Agregó que luego de 10 años “puedo retornar, todo estaba muy caído, era solo monte, todo estaba acabado, pero el programa de Restitución de Tierras nos dio apoyo”.

Otro ejemplo, de que querer es poder, lo protagoniza Luz Maryuri Martínez Montoya, habitante del Líbano, quien tras ser desplazada en dos ocasiones logró volver a su predio hacia el 2017. “Para retornar, uno no vuelve con la misma calma, a uno siempre le da muchos nervios”, comentó.

La mujer junto a su pareja de esa época empezó a recibir amenazas por lo que se fue a otro pueblo del Tolima; sin embargo, las intimidaciones la persiguieron y en el 2015 tuvo que volver a huir.

Con la protección de las autoridades y el respaldo de la Unidad de Restitución de Tierras, URT, pudo regresar y convertirse en un ejemplo de emprendimiento, pues su predio pasó de ser lugar olvidado a una finca que tiene en la actualidad seis mil árboles de café sembrado.

Dora Alicia Alarcón de Marín, una adulta mayor y habitante del Líbano, contó que está sembrado café, plátano y aguacate, cultivos que hoy “están andando”. En su caso tuvo que estar dos años fuera de su tierra y aunque el tiempo pasó, la desconfianza siempre estuvo presente, por lo que inicialmente dudó bastante en regresar, “allá estamos con el poder de Dios”.

 

La clave de la asociatividad

En Ataco, 30 mujeres junto a 60 hombres se unieron y conformaron la Asociación de Retorno Iniciando de Nuevo, organización que reúne caficultores de veredas como Canoas la vaga, Canoas copete, San Roque, Potrerito, Retorno y Montefrío para producir la marca Café Retorno.

Elizabeth Soto Quiroga, contó que en 2011, cuando la comunidad empezó a regresar, tomaron la decisión de asociarse para demostrar que en Ataco había gente echada para adelante.

Una de esas metas alcanzadas con el apoyo de la URT, la FAO y la Embajada de Suecia, fue obtener el sello de marca y el registro Invima, requisitos que les permitirá empezar a comercializar ‘El Retorno’ en otras regiones del país.

Soto Quiroga añadió que junto a la asociación Asocanoas están en diálogos con la Embajada para llevar sus productos al otro lado del mundo.

Ana Jesús Valderrama, representante de Asocanoas y de la marca de café Cafimujer, indicó que por medio de este grano, hoy son otras personas debido al proceso de restitución de tierras, “yo no hablaba en público, pero hoy ya no somos las mujeres dependientes, somos diferentes, proponemos a los hombres vamos a ser esto o a trabajar de esta forma, contamos con hombres que nos apoyan”.

Y, Juli González, quien proviene de Ataco, contó que representa a la Asociación de Mujeres por un Futuro Mejor en Ataco, Asmufu, organización que reúne a 15 mujeres y que inició con un proyecto de piscicultura.

Pero, gracias al apoyo internacional de la URT y la FAO, se unieron con otras dos asociaciones para trabajar en la siembra de caña panelera y en apicultura.

 

Balance en restitución

Jorge Chávez Perdomo, director de la Unidad de Restitución de Tierras para el Tolima y el Huila, explicó que al mejorar la seguridad en la región se ha avanzado en los procesos de retorno. “Gracias a la viabilidad que nos dieron las Fuerzas Militares intervenimos mil solicitudes más al oriente del departamento. Este año hemos resuelto mil casos y hemos radicado 200 demandas ante los jueces de restitución”.

El funcionario comentó que a la fecha se han restituido siete mil hectáreas con proyectos productivos a favor de las víctimas del conflicto. Chávez Perdomo agregó que fue difícil afrontar la “incredulidad” de los afectados, pero con el tiempo se ha ganado confianza en la institucionalidad. Teniendo en cuenta que la Ley se vence el 10 de junio de 2021, el Gobierno nacional anunció recientemente la necesidad de ampliar el tiempo para continuar la ejecución, dicho asunto deberá pasar por el Congreso.

 

Dato

Según datos históricos, el conflicto armado desplazó cerca de 146 familias entre 1996 y 2003, en el corregimiento Santa Teresa, en Líbano.

 

Cifra

22 mujeres participaron en el encuentro de la URT. 

Credito
XIMENA VILLALBA C.

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