El cultivo de guanábana siembra esperanza en Villarrica

CRISTIAN BONILLA - EL NUEVO DÍA
La calidad de las tierras brinda una gran oportunidad a los cultivadores del oriente, por ello, la apuesta durante la última década ha sido llevar esta fruta a mercados nacionales e internacionales.

El cultivo de guanábana se convirtió en un renglón importante de la economía del municipio, tanto así que a pesar del deterioro vial a lo largo de varios kilómetros, se calcula que en temporada baja se transportan alrededor de 58 toneladas por semana a diferentes mercados del país. 

Ante la abundancia, los productores solo esperan  poder usar, en corto tiempo, la Planta Procesadora y Despulpadora de Guanábana, anunciada por el Ministerio de Agricultura y la Gobernación del Tolima. 
El emprendimiento que  muestran los cultivadores está ligado a diferentes historias que giran alrededor de esta fruta que engalana los hermosos paisajes del oriente del departamento. Cada relato es muestra del esfuerzo y la tenacidad de los habitantes. 

Algunos cuentan que hace varios años, factores como el conflicto armado y el cambio climático, terminaron debilitando el cultivo de café, motivo por el cual se tuvo que hacer una transición a los frutales. 

Campo Elías Castro, socio fundador de la Asociación de Productores y Comercializadores de Frutas del Tolima, Guanavitol, contó que décadas atrás la violencia “sacó corriendo a mucha gente y los cafeteros nos quedamos sin mano de obra, lo que generó gran pérdida”. A esto se  sumó, los cambios en el clima que terminaron generando plagas en los cafetales.

“Villarrica tiene tierras muy buenas, produce (banano) bocadillo, gulupa, maracuyá, mandarina y limón, entonces mirando todo este tema, acordamos crear una asociación para respaldar a los productores de este fruto y nos ha ido muy bien”. Esta idea empresarial actualmente reúne a 65 socios.

El ‘rolo’ que cambió los números

por el campo 


No solo los habitantes de esta población le apuestan al cultivo de frutas, también lo hacen algunos citadinos que optaron por cambiar la comodidad de la capital por las angustias que genera la siembra. 

“Ha sido un proceso duro, porque el cultivo de   guanábana es de tres años sin que se reciba un peso, solo inviértale e inviértale, hasta que ella (la planta) esté formada y empieza a dar fruta”, contó David Caviedes, propietario de la empresa Dulces y Cítricos. 

El bogotano hizo carrera en un banco hasta llegar a la gerencia y estando a punto de alcanzar un importante ascenso contó que siempre mantenía en una tristeza permanente.

Después de visitar varios psicólogos la conclusión fue que necesitaba trabajar en un área abierta.

Por azares de la vida, una de las empleadas de la entidad bancaria en donde laboraba, lo invitó a la finca que tenía en un rinconcito del Tolima, “cuando llegamos acá, me encantó la tierra, el clima, la vista… esto es alucinante es muy hermoso y ahí empezó todo”.

Sin pensarlo dos veces, vendió sus propiedades y adquirió varias deudas para meterse de lleno en el mundo de la agricultura. 

“Realmente vivo muy agradecido, esto es lo que me gusta, amo despertarme, el olor de la finca, el verde, vivo muy feliz. Es difícil no tener un sueldo fijo, pero (el campo) es muy gratificante”, expresó. 

El joven productor indicó que el camino no fue fácil y recordó que inició sembrando lulo, pero con el tiempo se dio cuenta que es un cultivo que necesita bastantes agroquímicos, por lo que dio reversa  y buscó un producto limpio que generara un impacto positivo en los consumidores, ahí llegó a la guanábana.

Aunque Dulces y Cítricos logró contactar compradores, las pérdidas continuaban, por lo que en palabras de David se vieron “obligados a evolucionar”.

La búsqueda de dar un valor agregado a la fruta, lo llevó junto a su esposa, Diana Caicedo, a ver a los restaurantes como clientes.

Este mercado desconocido se convirtió en una fuente de inspiración por lo que se arriesgaron a crear arequipe, natilla, mermelada, té, entre otros derivados de la guanábana, que le empezaron a abrir paso, no solo a su empresa, sino también a Villarrica. 

“Qué hay que hacer, organizarnos, intentar exportarla, tiene muchísimo futuro, si queremos la expansión, si queremos crecer, necesitamos agruparnos”.

Y es que las puertas ya están abiertas, pero la demanda que llegaría es tan alta que se necesitaría de la despulpadora ubicada en el corregimiento Los Alpes,   que a pesar de estar dotada se encuentra cerrada y sin uso. 

El también ingeniero financiero y socio de Guanavitol explicó que hoy se le debe apostar a la exportación y utilizar el alto valor del dólar a favor.

¿Y la planta despulpadora?

Campo Elías explicó que gracias a un proyecto de alianzas productivas Guanavitol se ganó el apoyo del Ministerio de Agricultura para la creación e instalación de una planta que permite transformar la fruta en pulpa. De esta, se beneficiarían los cultivadores de Icononzo, Cunday y Villarrica.

A pesar de que hay una estructura  dotada, ya completaría un año cerrada y sin usarse.

“Aquí el fuerte de nosotros es la guanábana, necesitamos procesar y sacar derivados para darle un valor agregado a la fruta”, comentó el productor. 

Él, al igual que David Caviedes, llamaron la atención en que hace un tiempo la Alcaldía de Villarrica les ofreció un comodato para entregarles la planta, sin embargo, incluía costos altos, por lo que la decisión fue esperar el 2020 y hablar con el nuevo mandatario local.

“Nosotros hicimos un oficio en junio para saber qué pasó y no nos han respondido”, comentó Campo Elías. 

En cifras, al año se produce solo en Villarrica cerca de cuatro mil toneladas y se estima que hay 300 hectáreas sembradas.
EL NUEVO DÍA  habló sobre este tema con la viceministra de Asuntos Agropecuarios, Marcela Urueña Gómez, quien explicó que la planta fue entregada por comodato a la Alcaldía de Villarrica, “se han tenido unos inconvenientes (relacionados) con el pago de los gastos asociados con el funcionamiento de la planta, por eso se le entregó la administración a la Alcaldía. 

“Nosotros en este momento estamos en un proceso de sentarnos a la mesa con los productores de Guanavitol, la Alcaldía de Villarrica y el personal del Ministerio (de Agricultura) para poder buscar solución al pago de la energía y de unos impuestos”.

Urueña Gómez añadió que la planta está lista y las personas ya se capacitaron para usarla, “las segundas y terceras calidades de guanábana, puedan procesarse para buscar mejores ingresos”. 
Asimismo, se le planteará a la asociación vincularse a la estrategia de “agricultura por contrato y (así ) ayudarle a buscar unos aliados comerciales”. 

Credito
XIMENA VILLALBA C.

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