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Esta historia le ocurrió a los hermanos Castañeda Trujillo, quienes toda la vida han vivido en la vereda Cruce de los Guayabos, y heredaron de sus padres el trabajo del campo, en especial del cultivo del limoncillo y el cacao.
Cuenta Benjamín Castañeda, que hace más de 30 años sus padres les enseñaron a trabajar el campo y en especial cultivar el limoncillo, oficio en el que ahora devengan mejor, pues aprendieron a venderlo directamente a empresas fabricantes de aromáticas.
“Al principio uno cortaba y vendía los bultos a gente que venía de Bogotá; acá no lo secábamos ni nada, luego vino un señor que nos enseñó a secar y moler. Ya tenemos la asociación Aprolimonaria.
“Esto no es un oficio sencillo, hay que estar desyerbando para que no se enmonte, luego cortarlo, secarlo, se ripia en el molino (pulveriza), empacamos y se cargan los bultos en mulas hasta el cruce Palobayo y allí se lo llevan a Medellín”, cuenta Benjamín.
El alcalde Henry Herrera espera que en un futuro se pueda elaborar un producto denominación de origen, en el que se mezcle la panela con el limoncillo y tener una panela saborizada que sirva como aromática.
“Queremos industrializar el proceso y articular el cultivo de limoncillo con el de la caña para sacar un producto con denominación de origen, una panela saborizada. Vamos a aprovechar la ‘ley de la panela’ para jalonar recursos para beneficiar a los agricultores”, añadió Henry Herrera.
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