Como un escape al encierro, el taller ‘Manitas Creativas’ distrae a niños de Mariquita

Crédito: Suministrada - EL NUEVO DÍA
El taller ‘Manitas creativas’ le brinda un espacio de esparcimiento a más de 20 niños de Mariquita mediante cursos de pintura y manualidades. Actualmente les hace falta sillas para recibir a más niños.
PUBLICIDAD

La pandemia no solo ha provocado un desafío educativo para los niños, sino una preocupación por cuenta del incremento en el estrés que sufren los menores al estar encerrados todos los días.

La falta de socialización inevitablemente incrementa los niveles de ansiedad en los menores de edad, por lo cual cobran importancia las iniciativas de esparcimiento que busquen aliviar la situación emocional de los niños.

En Mariquita una decoradora de fiestas, llamada Martha Barbón, inició un taller de pintura comunitaria en su casa, al ver que en su barrio muchos niños no tenían un lugar para jugar ni alguna forma de salir de sus residencias.

“La iniciativa del taller ‘Manitas creativas’ nació de ver el aburrimiento que tenía aquí mismo en la casa. Estuve hablando con dos niñas del barrio y me pidieron que les ayudara a hacer una pintura y llegaron dos niñas más y decidimos comenzar a dictar estos talleres de pintura y manualidades”, señaló Martha Barbón.

Hasta el momento, participan 20 niños de diferentes barrios del municipio y una niña de una vereda. Ellos van cualquier día de la semana y también les ayudan a hacer las tareas del colegio: “pintan marranitos de piedra, figuras con tejas y ahora están haciendo manualidades de equipos de fútbol porque ya varios las están vendiendo y ese dinero va para los mismos niños”.

Los estudiantes van al taller y encuentran ya los insumos para realizar sus manualidades, así mismo, la mayoría de estos son reciclados.

En el mismo barrio, donde está el taller, hay un depósito y ahí les donaron unas tejas; así mismo, todas las mañanas  Martha sale a caminar y a recolectar por el camino las piedras que se necesitan.

“Con los 500 pesos que los niños traen para cada clase se compran las pinturas, el brillo, los pinceles, el foamy para las manualidades. También muchas más personas nos han ayudado con donaciones”, agregó.

Ahora el taller se les creció y los implementos les quedaron cortos.

“Hay más niños que quieren venir a participar, pero no tenemos ni mesas ni sillas para ubicar a los niños. Muchas veces les toca de pie o en el suelo porque no hay dónde ubicarlos. Si tuviéramos más recursos, más serían los niños que participarían”, finalizó Martha Barbón.

Los cuidados de bioseguridad

En el taller tienen todos los cuidados de bioseguridad para la protección de los niños.

“Acá les tenemos alcohol a la entrada, como en todas partes, así como el tapete de desinfección. Todos deben tener tapabocas y cada hora les hacemos que se bañen las manos con agua y jabón”, señaló Martha Barbón.

Credito
EL NUEVO DÍA

Comentarios