Diez manjares orgullosamente tolimenses, ¡Una lista imperdible!

Crédito: Suministradas / EL NUEVO DÍA
Los aromas, texturas, sabores y colores de las comidas típicas muestran una parte de la idiosincrasia de los diferentes municipios que conforman el departamento. La amabilidad de la gente se ve reflejada en la preparación de los alimentos, por ello se convierte una delicia que se tiene que probar.
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1. Chorizos con un ‘toque secreto’ villahermosuno

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Villahermosa es una población que se caracteriza por formar parte del Parque de los Nevados, igualmente, sus chorizos son muy conocidos en diferentes regiones del país por su exquisito sabor. Delia Londoño Marín es una villahermosuna que se  dedica a la producción de este alimento que es otro icono de la gastronomía tolimense.

Recordó que su esposo Marco Tulio Arenas creó la receta que volvieron a los chorizos de Villahermosa famosos a nivel nacional, “hemos seguido la tradición de familia y ahí estamos. Han venido personas de otro lado, han llevado para Estados Unidos”.

La elaboración de este tipo de embutido se ha mantenido entre diferentes generaciones y se evidencia más en el casco urbano del municipio, en donde se ubican pequeños negocios familiares.

Entre los ingredientes básico están la carne de cerdo y diferentes condimentos, explicó Delia, quien también es propietaria del negocio La Alameda, “siempre hemos tenido el sueño de industrializar (el proceso) pero no hemos tenido la forma económica”, por lo que buscan alternativas para ampliar el negocio y vincular a más familiares y mantener la tradición.

Otro de los negocios ubicados en la Avenida La Alameda es el ‘Rancho de Macho’, su propietario Juan Carlos Grisales contó que su esposa es la que los produce y que los ingredientes que incluyen un ‘toque secreto’, se embuten en tripa de cerdo.

Añadió que por su local han pasado diferentes personalidades políticas.

 

2. Viudo de pescado

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Los municipios ribereños del río Magdalena han encontrado en la pesca una forma de subsistencia, además genera una cadena de empleabilidad informal. Especies como el capaz y el bocachico dan la posibilidad al surgimiento de negocios familiares que se convierten en tradición y terminan siendo parte de la cultura de los municipios.

Por ejemplo, en Flandes, el viudo de capaz es uno de sus platos más tradicionales y con el paso de los años se sigue fortaleciendo como uno de los íconos de la gastronomía típica del Tolima

Para la Semana Santa este plato es perfecto. Se conoce que en Flandes se festeja anualmente un festival en honor al viudo de pescado.

 

3. La lechona del Espinal, deleite al paladar

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Desde el 2003 y por ordenanza de la Asamblea cada 29 de junio se hace un homenaje a la lechona, plato considerado como un patrimonio inmaterial del departamento que guarda una tradición e identidad regional.

Su elaboración también encierra un ritual y generalmente es un oficio que se convierte en una herencia entre generaciones, por lo que las empresas que se crean son familiares. En el Espinal está Héctor Cruz, de la lechonería ‘Jobita’ quien contó que este es un oficio que demanda tiempo y habilidad para mezclar los ingredientes.

“Es principalmente arveja y su propia carne, y los condimentos a bien de cada cual, la lechona tolimense nunca lleva arroz”, precisó.

Otros lechoneros consideran que uno de los secretos es que la cocción del lechón debe hacerse en leña, sino el sabor no queda igual a la tradicional.

Para algunos expertos en gastronomía tolimense, como Martha Lucía Bajaire Lamus, el plato ideal es que el 70% sea carne y el 30% entre el guiso y la arveja amarilla, asimismo, que se debe conservar en su punto perfecto de cocción, es decir que el relleno no se vuelva una masa y que el grano de arveja se sienta como tal.

Tanto en el Espinal como en Ibagué, se ve a personas jóvenes aprendiendo el oficio a través de sus abuelos.

 

4. Convenio y los huesitos de marrano

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Comensales de diferentes partes del departamento e incluso del país, llegan hasta Convenio, corregimiento de Líbano, para disfrutar de los huesos de marrano que en definición de algunos es un plato exquisito y ‘uno A’.

La fama de ese alimento genera una gran dinámica comercial en la vía que conduce hacia esta población norteña, pues existen varios negocios familiares que se convierten en una parada obligatoria para propios y turistas.

“Los huesos de marrano y el chicharrón espumoso, es una comida muy tradicional desde hace muchos años ahí en Convenio”, contó Jesús, un habitante del Líbano.

Agregó que generalmente el plato lo conforman entre dos y tres huesos cocinados exquisitamente y generalmente es acompañado con tajadas de plátano, arepa, morcilla o chicharrón.

Además de los negocios ubicados al borde de carretera, también están los puestos de comida que se ubican en el parque del corregimiento.

Algunos habitantes señalaron que los huesitos de marrano de este lugar son uno de los productos de la gastronomía tolimense que es una obligación probar.

 

5. Quesillo de ‘Ronces’

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Roncesvalles, municipio ubicado al suroccidente del departamento, es considerado como el mayor productor de leche a nivel departamental, según datos de la Gobernación, la producción diaria estaría por los 40 mil litros.

Teniendo en cuenta la abundancia en leche, decenas de familias campesinas y diferentes empresas se dedican a la transformación del lácteo en quesos y quesillos, lo que originó que con el paso del tiempo se convirtiera en producto ícono en esta parte de la región.

A comienzos de este año una de las propuestas que se conoció es la de empezar a buscar la denominación de origen para el queso y los derivados lácteos que se producen en ‘Ronces’, iniciativa que necesita la construcción de una planta de transformación que le dé valor agregado a la abundante producción, que ubica los quesos y quesillos como las actividades más representativas que ayudan a mover la economía de la población.

 

6. Las almojábanas de Coyaima, una tentación para los viajeros

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El corredor vial Espinal – Neiva se convirtió en la vitrina de los diferentes productos que componen la gastronomía ‘pijao’, igualmente, en una oportunidad de empleo para negocios formales y la venta informal de varias familias que trasciende en el tiempo.

Un ejemplo de ello, son las almojábanas, pandeyucas y bizcochuelos de Coyaima, motivo por el cual el corregimiento Castilla se convierte en una parada obligatoria para los viajeros que deben hacer un alto en el camino para disfrutar del aroma y los sabores que los componen.

Se dice que las recetas de estas delicias, son el resultado de una mezcla de la cultura criolla y española, que con el paso del tiempo se fue consolidando en productos representativos del Tolima y a la vez le dieron paso a diferentes negocios que se convirtieron en parte de la carretera.

 

7. De una propuesta de emprendimiento familiar a un icono regional

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Hace 76 años en el norte del Tolima nació la fábrica Salchichón Tovar, un producto elaborado artesanalmente que con el paso del tiempo conquistó el paladar de los colombianos. Su sabor único e inconfundible hizo que los consumidores lo siguieran llamando ‘Salchichón del Líbano’.

Según datos históricos detrás de esta tradicional empresa estuvo don Rafael Tovar Acosta y su esposa Elisa Moreno de Tovar, quienes en 1944 crearon la fábrica que se convirtió en un negocio familiar con sus nueve hijos, cada uno de ellos aprendió la fórmula de este famoso salchichón que es creado con carne de res.

Luego en 1981, uno de los hijos de don Rafael, Orlando Tovar Moreno, se trasladó a Ibagué y creó con la venia de su padre la Salsamentaria Tovar, en la cual se empezó a producir el tradicional salchichón, con el paso la línea de productos se amplió, sumando el salchichón de pollo y cerdo, los chorizos de pollo y cerdo, al igual que jamones.

En 2015, la Salsamentaria creó su marca SDL que hace referencia a las iniciales de Salchichón del Líbano. De otra parte, otro de los hijos de don Rafael, Alberto Tovar, creó hace dos años la marca AT para el tradicional salchichón.

Julián Tovar, hijo de Alberto que tiene 78 años, contó que como familia se pusieron de acuerdo para independizarse y tener su propio negocio, “creamos la marca hace dos años; trabajamos en Bogotá durante 20 años, pero decidimos devolvernos a la región hace ocho meses”, comentó.

El legado de una fabricación sin aditivos, saborizantes o químicos se mantiene en la familia, motivo por el cual el Salchichón del Líbano se convirtió en un ícono regional.

 

8. Vamos a Venadillo a tomar ‘avena con pitillo’

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Alrededor de la reconocida avena de Venadillo, gira la cultura y la economía de varias familias que han heredado la receta y los secretos para preparar este delicioso refresco. Al llegar a esta población del norte, se puede ubicar a los vendedores en la bahía Plazoleta Gastronómica de las Avenas, negocios que han funcionado por más de 70 años, por lo que son vistos como un patrimonio familiar. Otro de los platos de la gastronomía venadilluna reconocido es la fritanga, razón por el cual, algunas personas llaman a esta población como la ‘Capital del chicharrón’.

Y es que los puestos de las avenas, han dado un dado un significado especial al parque de Los Venados, el cual está rodeado por diferentes tipos de negocio, lo que convierte el sector un en un eje importante para la población.

La avena de Venadillo también brinda una oportunidad laboral informal o de ‘rebusque’ a personas afuera del municipio, muestra de ello son los vendedores que suelen encontrarse en los parques o plazas de mercado en ciudades como Ibagué, Bogotá o La Dorada.

 

9. Los bizcochos de achiras de Chenche Asoleado

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En el corregimiento Chence Asoleado en Purificación se producen los tradicionales bizcochos de achira, su exquisito sabor y textura los han convertido en un producto muy reconocido a nivel nacional.

Carlos Aroca, oriundo de esta zona, narró que además de las achiras, en Chenche también se preparan rosquetes, bizcochos de manteca, envueltos de maduro e insulsos, productos que se llevan al casco urbano los días de mercado.

“Esto se ha venido desarrollando de una manera hereditaria desde los abuelos y padres continuamos con esa tradición”, comentó.

Actualmente se cuenta con bizcocheras antiguas como la señora Belarmina Ospina de Aroca que lleva 57 años en el oficio y vende sus productos en Girardot y Adelaida Ospina que los comercializa en ‘ Puri’.

La producción en muchos casos se hace en familia “son microempresas que generan un empleo constante para cuatro y 10 personas en alguna temporada”, expresó Aroca y añadió que detrás de la cocción de estos alimentos hay un gran esfuerzo para no dejar morir una tradición.

Hasta hace algún tiempo los bizcochos de la familia Aroca se comercializaban solo en las plazas de mercados de varios municipios del departamento como Espinal e Ibagué, pero a raíz de la pandemia se generó una oportunidad para darle paso a la creación de la empresa Delicias de Purificación S.A.S, la cual tiene como objetivo llegar al mercado bogotano con las achiras, la lechona, las lonjitas, entre otros productos que son las ricuras típicas de Chenche Asoleado.

Para arrancar, se contó con el apoyo de la colonia tolimense, igualmente, los amigos se convirtieron en clientes y voceros de esta iniciativa que no solo beneficia a la familia Aroca, sino también a varios productores del corregimiento.

 

10. El tradicional pan de La Gogó

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Hace 49 años la onda gogó fue la inspiración para bautizar una de las panaderías más emblemáticas de Ibagué, los mojicones, el roscón de bocadillo, las cucas y el pan aliñado se convirtieron en los productos que no podían faltar en el desayuno y a la hora de la merienda en los hogares más tradicionales de la capital tolimense.

Detrás de este negocio están Jesús Eduardo Triana Salcedo y su señora Dora Villarreal, quienes con esfuerzo y dedicación construyeron un negocio que logró conquistar diferentes paladares a través del paso del tiempo.

Cabe recordar que el pasado 28 de marzo falleció don Jesús, quien dejó un legado en la industria de la panificación, algunas personas cercanas recordaron en ese entonces que fue un hombre creativo que dejó como enseñanza que el mejor ingrediente de la vida es el amor. Actualmente, la Gogó está en el barrio La Pola, en la carrera Quinta con calle 31, El Vergel y La Florida.

Credito
EL NUEVO DÍA

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