Se cumplieron 284 años del natalicio de Francisco Antonio Moreno y Escandón

Crédito: Colprensa - EL NUEVO DÍABiblioteca Nacional de Colombia.
Recientemente se recordó el ingenio de un abogado tolimense que hace más de dos siglos aportó a diferentes sectores de la sociedad, entre ellos al educativo a través de apuestas como la biblioteca pública, hoy Biblioteca Nacional.
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Con el paso de los días se hizo normal que lo distinguieran en las calles de Madrid y en los corredores y patios de la Universidad de Salamanca. “Ahí va el indiano”, era un señalamiento ya común, en tono de reconocimiento y aprecio. No era para menos. Sus luces, ingenio, disciplina y amplios conocimientos le valieron para que el encargo de la Corte, recién llegado para pretender ante la autoridad un cargo público en propiedad, lo evacuara en tres días cuando le habían otorgado quince.

El pesado expediente y los complicados vericuetos del asunto fueron objeto de instrucción y proyección del fallo con una destreza y fuerza persuasiva que se le impartió aprobación sin siquiera una mínima modificación. El hecho trascendió y fue noticia en todo Madrid y sus centros de estudio. Se ganó el respeto y admiración del Rey Ilustrado Carlos III y el pleno de la Corte.

Desde entonces fue el hombre de confianza en esta vasta geografía del sur de América, habiendo ascendido, gracias a su aplicación, lealtad, transparencia y eficiencia, por toda la nomenclatura burocrática de la colonia; al menos hasta a donde a los criollos se les permitía. Solo faltó que hubiese sido Virrey.

Francisco Antonio Moreno y Escandón se llamaba el personaje y había nacido en Mariquita el 25 de octubre del año 1736, es decir, que en este 2020 se cumplieron 284 años de su natalicio.

Pero más que su gesta burocrática, Moreno y Escandón es el más destacado de los ilustrados en el siglo XVIII. Sin él resultaba imposible, en esa secuencia dialéctica que eslabona hechos y personajes, la gesta de la independencia nacional.

En la época de entonces, en el ambiente cultural y educativo, prevalecía el oscurantismo, el atraso en las ciencias y la precariedad en los programas educativos: todo estaba aferrado a la escolástica que cimentada en el dogma cerraba el paso a nuevas alternativas del conocimiento y de la organización social y política. Era la oscuridad y Moreno y Escandón fue luz; sí, la luz. Fue un genuino precursor de nuestra Independencia; incluso mucho más de lo que se le atribuye a Don José Celestino Mutis.

El afamado Plan de Estudios de Moreno y Escandón fue la puesta en escena de una especie de libreto para afrontar la lucha en favor de la ciencia y del conocimiento, a partir del resquebrajamiento de la escolástica. Él, fraguó la rebelión para que los vientos alentadores de la filosofía moderna inquietaran nuestro ambiente de modorra y sumisión.

La teoría cartesiana del juicio y el geometrismo de la realidad empezaron a ser premisas del conocimiento. Una nueva realidad se anunciaba. Además, en Moreno y Escandón había, cómo no, un imaginario social en favor de los más necesitados.

En su legado hay un largo enlistamiento de obras y realizaciones de ese talante. ¡Una muestra! No una sino, entre otras, tres: los hospicios para ancianos inválidos de ambos sexos, la biblioteca pública, hoy la Biblioteca Nacional y, cómo no, la propuesta de la universidad pública.

Comisionado por el Rey Carlos III para hacer efectiva la expulsión de los jesuitas y la ocupación y administración de las “temporalidades” –bienes de los religiosos-, les dio esa destinación social.

En definitiva, Moreno y Escandón debe ser celebrado año tras año, en la forma y con el alcance que realmente merece. La impronta de su obra no se borra con el paso de los años. Una “justa pintura y digno elogio (…) le conviene a un ilustre hijo de la ciudad de Mariquita”, advertía don Manuel del Socorro Rodríguez en su “Papel Periódico”.

Su figura histórica es un verdadero paradigma para la sociedad actual. Ojalá la administración municipal actual se percate del personaje, su obra y la fecha y se acometa una celebración que, evitando circunloquios que desvanecen la esencia innovadora y transformadora del pensamiento de nuestro personaje, reivindique su real dimensión histórica y su aporte al proceso independentista. Eso es lo menos que debería suceder.

 

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Tomada de Internet - EL NUEVO DÍA. Francisco Antonio Moreno y Escandón

Credito
HERNANDO LÓPEZ VISBAL

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