Museo Nacional de Colombia: historia y arte para proteger nuestra identidad cultural

Crédito: Foto suministrada por el Museo Nacional de Colombia (c) Sandra Vargas / EL NUEVO DÍAUna de las nuevas salas del Museo Nacional de Colombia.
El Museo Nacional de Colombia es uno de los más antiguos de América; alberga colecciones de arte, historia, arqueología y etnografía, como evidencia de nuestro patrimonio y de nuestra cultura variopinta.
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Una considerable cantidad de elementos que nos convocan alrededor de nuestra identidad cultural se encuentran en el Museo Nacional de Colombia. Uno de sus elementos clave, precisamente hoy, cuando cursamos un proceso de paz y este mundo sin fronteras, es su propósito de construcción narrativa que incida en la identidad y en la memoria nacional.

De todo ello dan fe dos de las personas que han trabajado desde hace décadas custodiando piezas invaluables de nuestra historia, Marco Aurelio Pineda y Orlando Martínez, quienes compartieron generosamente detalles y anécdotas de la vida de este símbolo patrimonial colombiano.

 

Conservar y proteger el patrimonio

El Museo es diverso: es artístico, científico e histórico —dice Orlando—, y el visitante puede encontrarse en las salas con momentos importantes de la nación. Aquí se reviven hechos relevantes de Colombia, y no solo del pasado, sino del presente, de su multiculturalidad y pluralidad étnica; cualquier persona de cualquier parte del país se ve reflejada en el Museo.

Nuestra función es salvaguardar lo que tiene el museo, pero hay de todo entre los visitantes, desde niños que juegan y se caen, hasta adultos que también se portan como niños, no solo porque juguetean, sino porque adoptan posturas de manera extraña, como alguien que puso una queja formal por un desnudo en una de las exposiciones artísticas, que porque eso iba contra la moral. Hay gente muy especial, bien hablados, agradecidos, que salen contentos, pero hay otros que salen con ganas de pegarle a uno, porque se les pide no tocar, no alterar.

Cultura.

Descendientes de “residentes”

La gente curiosea —cuenta Marco Aurelio— porque el museo fue una prisión, y por tanto hubo tortura, sufrimiento y muerte. Yo he hablado con personas que alcanzaron a conocerlo cuando esto fue una prisión, porque venían a visitar a sus familiares. Claro, son más viejitos que yo, dice entre risas. Era una cárcel muy pesada: el panóptico de Cundinamarca. Sí, hay quienes conocieron el actual edificio del Museo Nacional como cárcel.

 

¿Espantan?

Una pregunta recurrente es si espantan de noche —dice Orlando—. A mí no me han asustado, aunque hay quienes dicen que algo se percibe; por ejemplo, un joven, alguna vez, tomó con una tableta una fotografía a una obra, La Batalla de Lepanto. En la parte inferior hay un baúl, un cofre antiguo, y en la imagen que tomó el muchacho aparecía el espectro de una niña de unos diez años. La gente dice que vio pasar una sombra.

A mí no me ha tocado —dice Marco Aurelio sonriendo—, pero una vez sí tuvimos un caso en la sala temporal, a las dos de la tarde, que había una exposición. Salió una muchacha llorando, porque se le hundió el tablado, y eso que acababan de arreglarlo. Buscamos entre todos “un hoyo” por donde se le fue el pie a la chica, pero el hoyo nunca apareció.

 

DATO

88.605 fueron los visitantes totales a la exposición temporal ‘Nación Hip Hop: Colombia al ritmo de una cultura’, la primera actividad en el marco de los 200 años del Museo Nacional de Colombia.

 

DATO

El proyecto de renovación del Museo Nacional de Colombia busca transformar las 17 salas de exposición permanente. La primera fue ‘Memoria y nación’, en 2014. Entre 2023 y 2024, se entregará la sala ‘Fuerza, fe y sustancia’.

Credito
Puno Ardila Amaya

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