A modo de balance, ¿qué labor cumplió como Ministro Plenipotenciario ante la ONU?

Mi principal responsabilidad fue la coordinación de todas las tareas que hace Colombia ante la Organización Internacional del Trabajo, teniendo en cuenta que en 2019, año en el que inició mi encargo diplomático, celebró su centenario y trazó la línea de los desafíos para los próximos 100 años en su Conferencia Internacional. Pero también estaba encargado de los asuntos ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo, donde se dan las discusiones sobre los retos que tienen los países de renta media y baja para lograr mejorar sus indicadores de desarrollo y superar la pobreza.

¿Cuáles son sus tareas como Subdirector de Prosperidad Social teniendo en cuenta la crisis de la pandemia?

Me corresponde en este momento decisivo del Gobierno como Subdirector General de Programas y Proyectos apoyar las funciones del DPS para cumplir con los objetivos de tres líneas de inversión que propenden por la reactivación económica y el fortalecimiento social y comunitario: transferencias monetarias, programas que están bajo la Dirección de Infraestructura y Hábitat, y los programas de inclusión productiva.

Estar en esta entidad es un honor, una oportunidad para mostrar que cuando hay un tolimense en el Gobierno nacional, el Tolima se beneficia y aumenta tanto cualitativa como cuantitativamente la inversión en proyectos y programas. Es una tarea que me compromete y un desafío que me da gran satisfacción por estar en la entidad más cercana a los colombianos.

Algunas organizaciones de sociedad civil dicen que Colombia es uno de los países que menos inversión social ha hecho. ¿Qué les diría?

El Gobierno del presidente Duque es el que más esfuerzo ha hecho de todos los gobiernos para invertir recursos y destinarlos en inversión social. Los programas del DPS fácilmente llegan a más de 8 millones de hogares todos los meses a través de transferencias y obras de infraestructura e inclusión productiva. Solo en Tolima, en lo que va de la pandemia, entre marzo de 2020 y mayo de 2021, las transferencias monetarias representan una inversión superior a $639.000 millones para 378.116 familias. Las tres líneas de inversión significan recursos multimillonarios que llegan al Tolima y van pensados para atender las necesidades de sus ciudadanos y un grave problema como la falta de empleo.

El Gobierno se proponía ampliar la cobertura de los programas sociales con la fallida reforma tributaria. Con la nueva que se está diseñando, ¿aún es posible esa idea?

Las transferencias de Familias en Acción, Colombia Mayor y Jóvenes en Acción tienen un componente social, pero también son un alivio para la crisis porque ayudan a la reactivación económica en la medida que los recursos son utilizados por las familias para el consumo del hogar, adquirir artículos esenciales y atender demás necesidades. Por lo tanto, el Gobierno tiene total disposición de asegurar los recursos para seguir financiándolos.

La discusión que usted menciona y ha sido objeto de debate en medios tiene que ver con el programa de Ingreso Solidario. El mensaje que tenemos de Presidencia es que se están adelantando las discusiones con el Congreso y el Ministerio de Hacienda para asegurar los recursos que permitan darle continuidad a este programa.

Desde 2020, diferentes organizaciones y congresistas piden recoger estos programas e implementar, más bien, una renta básica. ¿Usted qué opina de esa propuesta?

Lo inmediato es proteger estos programas porque están probados, se manejan con un gran criterio técnico y llegan a los hogares más pobres que necesitan de estos recursos para resolver sus necesidades. Ojalá pudieran ampliarse porque es cierto que hay muchos colombianos que no están en los indicadores críticos de pobreza monetaria, pero cuando se mide desde el punto de vista de pobreza multidimensional, si tienen muchas necesidades.

La discusión de una renta básica tendrá que darse en el Congreso, de acuerdo con lo que  permita el Presupuesto General de la Nación. El reto es grandísimo porque tenemos unas limitaciones fiscales muy grandes y una dificultad enorme para conseguir mayores recursos porque por la vía de impuestos está claro que es difícil y la vía de la deuda también lo es.

Usted viene haciendo una gira por algunos municipios del Tolima para suscribir convenios de obras, incluyendo la segunda fase de la plaza de mercado de Icononzo, proyecto que algunos concejales dijeron que era un elefante blanco porque la alcaldesa se gastó la plata en fiestas. ¿Qué se puede esperar de esta obra?

Ajeno a la discusión política que hay entre concejales y la alcaldesa Margoth Morales, es importante aclarar que para este y todos los proyectos que se están anunciando responden a la convocatoria 001 de 2020 del DPS. Los alcaldes del Tolima presentaron 58 proyectos, de los cuales, a la fecha, están aprobados ocho y esperamos en próximas semanas hacer nuevos anuncios. En todos los casos, como en este, el DPS verifica cuentas, costos y metas del proyecto antes de la firma del convenio con la Alcaldía, que deberá hacer una licitación para iniciar la obra. El DPS hará los desembolsos de acuerdo con el cronograma de hitos que debe irse cumpliendo.