Que los problemas no le arruinen su tranquilidad

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Procure estar tranquilo sin importar lo que le suceda. Tome medidas que le permitan convertir cada situación en una oportunidad de crecimiento. Sea positivo y tenga fe para creer que todo le saldrá bien, tal y como usted lo anhela.
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En este mundo tan material, muchos sacrifican su paz por acceder a un mejor cargo laboral, por llenar cada día más sus cuentas bancarias, por lucir más joyas, por alcanzar un mayor prestigio; en síntesis, por tener más poder, como si todo eso fuera la clave de la felicidad.

No es que sea malo tener ambiciones, ¡ni más faltaba! Debemos trabajar por cada una de nuestras metas. Sin embargo, por ese afán de poseer, muchos se olvidan de gozar de las pequeñas cosas de la vida. 

Las personas se atiborran de ansiedades, angustias o preocupaciones, sin darse cuenta de que pierdan el control física y mentalmente. Por eso son ‘presas fáciles’ de la zozobra, de la desesperación y del estrés.

Y como es apenas natural, ese tipo de situaciones les pasan factura y  pierden lo más importante que se tienen en la vida: la tranquilidad.

Antes de echarse al hombro tantas responsabilidades, se debería tener presente que para ser feliz no se necesita tener mucho; solo se requiere de un buen corazón, lleno de pensamientos propositivos, alentadores y revitalizantes.

Hay demasiada belleza, mucha armonía y amor alrededor; no obstante, muy pocas veces se toman las cosas con la suficiente calma para apreciar el bello arte de vivir en paz.

Con un corazón apacible llega la serenidad del alma que, en últimas, es la que nos permite ver y entender de una manera más clara lo que ha sucedido en nuestras vidas y lo que está sucediendo. 

Y lo mejor es que así estamos al mando de nosotros mismos y en esa misma calma podemos centrarnos en lo que queremos de verdad. 

De igual forma, cuanto más tranquilo nos volvemos, mayor es nuestro éxito, nuestras influencias y en cierta forma nuestro poder, tanto el interior como el exterior. 

Al fin y al cabo,  la tranquilidad de la mente es una de las bellas joyas de la sabiduría que siempre irradia nuestro alrededor.

Este texto es una sencilla invitación a entender que si logramos asimilar elementos que nos permitan vivir en tranquilidad garantizaremos una buena calidad de vida. 

¿Cómo puede usted lograrlo? No afanándose por tener más y más. Hay que orar y pedirle a Dios serenidad, pues la plegaria le servirá para conseguir la gran bendición del sosiego. 

Así las cosas podrá  prestar más atención a sus cosas y reflexionará y meditará de forma introspectiva. Eso también le ayudará a pensar de forma contemplativa; es decir, valorando y apreciando el mundo exterior que le rodea y sus circunstancias.  

¡Dios le bendiga! 

Para vivir en paz se debe ir por la vida liviano o con poco equipaje. Sea equilibrado y ello implica afrontar el día a día con  calma. 

 

Credito
EuclideS KILô ardila eardila@vanguardia.com

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