El hecho se registró el domingo sobre la 1:30 de la tarde, cuando Sandra Milena Alzate Macías terminó de hacer la fila para ingresar al complejo carcelario, pero al ser requisada por una dragoneante, Tomás, el perro guardián, sintió el olor de los alcaloides, lo que puso en alerta a la guardia.

La Fiscalía contó durante la audiencia concentrada llevada a cabo ayer en el Palacio de Justicia, que la mujer luego de ser descubierta por el canino, fue llevada a un cubículo donde fue requisada y allí de manera voluntaria, la aprehendida entregó un tubito cubierto de látex que llevaba en su vagina.

De esta manera, la mujer de 31 años de edad fue detenida en el sitio para ser llevada a la Fiscalía URI y allí dictaminar la sustancia que llevaba la mujer.

Luego de las pruebas, se confirmó que la mujer portaba 110.77 gramos de cocaína y 54.8 gramos de marihuana.

Durante la audiencia de imputación de cargos, la mujer no se allanó a los cargos endilgados por tráfico, porte y fabricación de estupefacientes.

El abogado particular de la mujer, que es natural de Cesar (Valledupar), solicitó al Juez de Control de Garantías, que beneficiara a su defendida con la prisión domiciliaria, esto luego de que la Fiscalía solicitara medida intramural.

El abogado indicó que la mujer es madre de un bebé de cuatro meses de edad y que requería de especial cuidado, sin embargo, y debido a que llevar estupefacientes a un centro de reclusión es un delito carcelable, el Juzgado acogió la petición de la Fiscalía, por lo que la mujer fue llevada a la cárcel de Picaleña.