Cada sacerdote que ha pasado por la iglesia del Espíritu Santo ha hecho importantes cambios y ajustes en sus instalaciones con el fin de construir tanto el templo espiritual como el material, un compromiso que la mayoría adquiere en su administración de turno para contribuir a la mejora de la estructura y fortalecer lo que ya está establecido.

El año pasado (2021), la gestión se hizo para subsanar las goteras en el techo de la iglesia y este año, al ver que el piso llevaba más de 35 años y con un evidente estado de deterioro, la administración actual del Espíritu Santo, bajo la dirección del párroco Jorge Alberto Arévalo, consideró necesario realizar unos ajustes para renovar la fachada del templo, de inmediato, la propuesta fue presentada ante el consejo parroquial de pastoral y el Comité de Asuntos Económicos de Ibagué.

Un proyecto que sin duda, contó con el favor de Dios, ya que luego de su aprobación no tardó en ponerse en marcha. Las remodelaciones iniciaron en agosto del año en curso y culminaron este mes como resultado del esfuerzo y compromiso de los colaboradores de la iglesia y de la comunidad, junto con la ayuda de benefactores, amigos y aliados, quienes se unieron a esta labor y contribuyeron en el cambio de la fachada de la parroquia.

“Con el aporte y la participación de los miembros del templo se hicieron diferentes actividades con el propósito de recaudar los recursos económicos suficientes para llevar a cabo esta remodelación. Hubo venta de sancocho, tamales, lechona, entre otros productos y recaudos, ejercicio que sumó al cumplimiento de los objetivos” afirmó el sacerdote Jorge Arévalo.

Nueva fachada

La nueva imagen de la Iglesia del Espíritu Santo ha logrado llamar la atención de los transeúntes independientemente de la jornada, pues tanto en el día como en la noche, el lugar sobresale visualmente por sus notables mejoras y cambios estéticos.

Y es que, además de la remodelación completa del piso y la fachada que resaltan la imagen del templo durante la mañana y la tarde, se instaló mayor luminosidad para darle brillo y embellecer la infraestructura en la noche.

“El objetivo fue darle un toque al estilo colonial, con faroles y luz cálida, ubicados en seis postes de luz que rodean la iglesia, más los faroles ubicados en las paredes de la estructura y las pilas de haz de luz que iluminan también la parroquia” reveló Arévalo.

Adicionalmente, dentro de la capilla de adoración, frente a la figura del Santísimo, se cambió el color y se agregó el diseño de una cenefa con una cruz, para hacer referencia de que ese lugar es especial y sagrado.

Según el párroco de la iglesia, estos cambios se realizaron no solo con el objetivo de resaltar la fachada del Espíritu Santo, también tiene la firme intención de inculcar en los feligreses el sentido de pertenencia y el amor hacia el templo físico y espiritual de Dios. 

“Siempre he pensado que en la medida en que uno cuide el templo, tenerlo digno para Dios y para la gente, acercará mucho más a las personas a la espiritualidad, porque se van a sentir a gusto de estar en la iglesia”, afirmó.

Con 40 años de historia al servicio de la comunidad católica ibaguereña, la parroquia ha trascendido a través del tiempo, como una de las más concurridas por la comunidad, incluso, por habitantes que residen en barrios ubicados fuera de los perímetros cercanos al templo.

“Nos sentimos muy contentos en estos momentos. En este trabajo se destaca el aporte de la comunidad, unidos somos más y como miembros de la iglesia ellos ayudaron, aportaron y cuidaron de esta obra”, puntualizó el padre Jorge Arévalo.

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