Dos momentos críticos ha tenido el gobierno del presidente Juan Manuel Santos en la calificación de su gestión: en agosto de 2013, el paro agrario le elevó el nivel de impopularidad al 71 por ciento, y hoy, tras el ataque perpetrado por las Farc en Cauca que le costó la vida a 10 uniformados, lo deja en un 64 por ciento de descalificación ciudadana.

Para Jorge Londoño, gerente de Gallup, “si bien hace dos años fue el peor momento de Santos, cuantitativamente, hoy las circunstancias son más complejas porque aquí hay una suma de factores que inciden en esa percepción negativa”.

Londoño se refiere a que los colombianos están pasando cuenta de cobro, además del ataque de las Farc, por el manejo de la economía, el paro de maestros y el escándalo de la Corte.

“En general, el sistema judicial cayó por el escándalo Pretelt, pero también hay una desazón frente al desempeño del Congreso, los partidos políticos y los organismos de control. Hay una crisis que no se registraba así”.

El repudio por el ataque de las Farc, en Cauca, fortaleció, en cambio, todo aquello que signifique orden y seguridad. De ahí que, según Londoño, en la encuesta les va bien a las Fuerzas Militares, la Policía, y al expresidente Álvaro Uribe, que repuntó en su imagen favorable, al pasar del 47 al 59 por ciento de popularidad.

Y como efecto contrario, la negociación del Gobierno con esa guerrilla perdió terreno entre la ciudadanía, que hoy se muestra más escéptica frente al resultado de los diálogos, más partidaria de la acción militar para derrotarla y de no sacrificar la justicia en aras de la consecución de la paz.

El paro de los maestros también afectó la imagen del Gobierno y, en especial, de la ministra Gina Parody, que antes del cese de actividades venía con una imagen en alza.

El escándalo de Fidupretelt le pasó una cuenta de cobro altísima a la Corte Constitucional. La favorabilidad dobla a la desfavorabilidad y la imagen es similar a la del desprestigiado Congreso.