La senadora Claudia López se ha caracterizado por su discurso vehemente en contra de la forma de hacer política tradicional que asegura ha generado que la corrupción invada diferentes sectores nacionales, lo que la ha llevado a denunciar casos de corrupción y clientelismo en diferentes regiones del país.
En diálogo con EL NUEVO DÍA, la ahora candidata presidencial habló sobre el debate anticorrupción que adelantó en el Congreso, la coalición con Sergio Fajardo y Jorge Robledo y el escenario que ve en las próximas elecciones.
EL NUEVO DÍA: ¿Cuál es la motivación de su visita a Ibagué?
CLAUDIA LÓPEZ: Por cuestiones de tiempo en nuestro debate en el Congreso sobre corrupción, en el que queríamos exponer información de casos en varios departamentos, no se pudo hacer en su totalidad y tengo datos importantes sobre el tema de corrupción del Tolima, queremos advertir a la gente el riesgo que nos estamos poniendo y cómo combatirlo.
E.N.D.: ¿Cuáles son los alcances de la corrupción que denunció en el debate con Robledo?
C.L.: Nuestra hipótesis central que tuvimos con el senador Robledo en este debate radica en que la corrupción en Colombia está atada en la manera como se financian las campañas presidenciales.
En eso venimos desde el proceso 8.000 con Samper, que se financia con los narcos del Cartel de Cali y se corrompe la clase política colombiana para sostenerlo en el poder; luego con Uribe, en la parapolítica se elige con plata y votos de narco-paramilitares, y ya más recientemente, con Zuluaga y Santos, en el caso de la financiación ilegal de contratistas nacionales e internacionales, en este caso Odebrecht, pero no solo esta empresa puso plata en estas campañas que eran las posibles ganadoras. Ese es un hecho comprobado y que en Colombia sigue en la impunidad.
Este ‘chistecito’ de la financiación ilegal sólo en el caso de toda la red de contratistas ilegales, caso de la ‘ñoñomanía’, la mermelada sumada a Odebrecht ha costado a los colombianos casi seis billones de pesos en contratos corruptos que hoy no se están ejecutando como la Ruta del Sol, la navegabilidad del Magdalena o la vía Ocaña - Gamarra.
Quiero que la gente entienda que esto es la gran corrupción, que estemos ya en 50 billones de pesos perdidos de corrupción, tal y como nos lo ha dicho el Contralor, es porque es un tema que viene de la cabeza, de la parte de arriba se financia con corrupción con la compra de votos de corruptos, que gobiernan juntos y eso se aumenta en los órdenes local y regional, pues básicamente los corruptos piensan que si le ponen votos al Presidente no pasa nada y se genera un pacto de impunidad, se reparten la torta, hay corrupción sin que haya castigo y se sigue gobernando.
E.N.D.: ¿Esa situación también se ve en la campaña que viene?
C.L.: Ese patrón que viene desde Samper nos lo quieren repetir, la misma medicina en esta campaña y el que nos la quiero repetir es el dueño de la mermelada y la corrupción, que es el señor Germán Vargas Lleras, un hombre que está cada vez más desacreditado, con su imagen negativa creciendo, un tipo elitista, que agarra a golpes hasta sus propios colaboradores de campaña, entonces calcule que hará gobernado.
Como él no tiene voto de opinión suficiente, lo que está haciendo es mover una gran maquinaria regional para que con un golpe electoral aparentemente exitoso en el Congreso se reactive su campaña.
E.N.D.: ¿De esa maquinaria corrupta también hay en el Tolima?
C.L.: En el caso del Tolima hay dos grandes pulpos políticos usando mermelada de la corrupción: por un lado, el gobernador Barreto, con los conservadores y el Centro Democrático, abusando de la manera más absurda de la Gobernación para sus propias campañas políticas que están fundamentalmente con los dos partidos que le menciono.
De hecho, después de muchas denuncias y mucho esfuerzo logramos que por lo menos la Procuraduría iniciara la investigación formal por la indebida participación en política que se está dando en la Gobernación, donde obligan a la gente a que recoja firmas a Vargas Lleras, manipular los contratos para ver con qué plata se quedan para promover al primo del Gobernador, que, para nadie es un secreto, es uno de los candidatos. Dicho en otras palabras, están robando a los tolimenses porque no es que el gobernador Barreto esté sacando de su bolsillo para favorecer a sus candidatos, sino que saca plata de los contratos de la Gobernación para este fin, entonces esa es una maquinaria que ya está identificada, la hemos denunciado, pero sigue andando.
La otra maquinaria está organizada alrededor de los rezagos del partido Liberal, que viene de haberse robado esta ciudad a manos llenas con contratos de los Juegos Nacionales, entre otros, y gente de Cambio Radical, están armando sus candidaturas, al Senado la de Rosmery Martínez, que la quieren sostener, y la de un exalcalde de Ibagué o la esposa de otro.
Hemos alertado estos casos departamento por departamento, ahora que no hay Odebrecht están usando alcaldías y gobernaciones y competir con quién se queda con el poder en esos departamentos.
E.N.D.: En el mapa de corrupción que usted hizo en el debate, unía los temas electoral y judicial...
C.L.: Lo que sustenté con pruebas y hechos es que ahora hay un nuevo ingrediente, porque clientelismo siempre ha habido, financiación ilegal de contratos siempre hubo, el nuevo ingrediente que tiene la campaña de Vargas Lleras es el ‘cartel de la toga’, porque una parte de ese escándalo es de Cambio Radical, Bustos, Tarquino y Ricaurte.
De hecho Bustos en un tiempo record cerró una investigación a Vargas Lleras por parapolítica en 11 meses, cualquiera desearía esa suerte. Entre Bustos y Vargas pusieron a Gustavo Moreno, el fiscal Anticorrupción que le dio el puesto el fiscal Martínez pagándoles el apoyo para ser Fiscal General. Además, demostré que nombraron a otros siete fiscales delegados ante la Corte, cuota de este combo.
Entonces esta gente roba y roba y está libre, porque tiene un fiscal de bolsillo que le ayuda, termina con procesos dilatados.
E.N.D.: ¿Cómo salir de ese problema?
C.L.: Con este panorama hay dos opciones: uno, sentarnos a llorar y concluir que no hay nada que hacer, o inscribir la cédula, porque la corrupción no la vamos a derrotar en redes sociales sino votando.
Entonces, con la ‘Coalición Colombia’ estamos uniendo esfuerzos para dar una alternativa y llevar candidaturas que nos permitan combatir estas dos maquinarias y estas prácticas.
E.N.D.: ¿Cuándo y cómo se definirá quien será el candidato entre usted, Robledo y Fajardo?
C.L.: En septiembre, cuando anunciamos la coalición, nos comprometimos a que la primera semana de diciembre daríamos a conocer al país tres cosas muy concretas: un programa común de Gobierno, es decir qué haremos por el país independiente de quién de los tres sea el candidato; las candidaturas para Cámara y Senado, y el mecanismo exacto de cómo elegiremos el candidato. El mensaje es que la gente tiene que tener la certeza que la Coalición Colombia va o va.
E.N.D.: ¿Cómo definirían la posición de Coalición Colombia? Evidentemente no es de derecha...
C.L.: Más de centro, digamos hay un sector como Robledo, que viene de izquierda, y Fajardo un poco más de derecha. La derecha está muy clara que está liderada por el Centro Democrático y que quiere volver trizas el país, la izquierda tiene sus candidaturas con Gustavo Petro, Piedad Córdoba y seguro las Farc.
Nosotros queremos construir una alternativa más ciudadana que partidista, más de centro que de izquierda o derecha, y que compita con voto libre a esas maquinarias de la corrupción.
E.N.D.: Cada día hay un nuevo asesinato de líderes sociales, se habla de disidencias, el Congreso no cumple a las Farc en reforma política y la Ley Estaturia de la JEP, parece que el país siguiera en lo mismo. ¿Considera que la paz está naufragando?
C.L.: Infortunadamente sí tengo esa misma percepción. Hay incapacidad del Gobierno para proteger la vida de los líderes que apostaron a la paz, asesinados por bacrim y narcos por apostarle a la paz.
El Gobierno no ha sido capaz de sacar las leyes de la paz en el Congreso que pareciera lo más fácil, mucho menos ha cumplido la sustitución de cultivos ilícitos, ya que salieron las Farc llegue el Estado, es la incapacidad infinita del presidente Santos y su gobierno de construir paz en las regiones.
E.N.D.: ¿Será la paz una nueva frustración?
C.L.: Espero que no, esto no es quejándonos, es movilizándonos y trabajando. Creo que hay que presionar a esa clase política en el Congreso para que destrabe la agenda legislativa y cambiar de gobierno por uno que pueda hacer paz territorial, que se da por la ausencia del Estado en las regiones, por ejemplo en Tumaco hay 23 mil hectáreas de coca por erradicar y hay tres funcionarios del programa de sustitución. La politiquería y la corrupción regional no permiten la presencia del Estado en las regiones.
E.N.D.: ¿Tiene miedo de que atenten contra su vida?
C.L.: Llevo 10 años poniendo el pecho para defender la democracia y la paz en Colombia, obviamente no pretendo jugar a la heroína, tengo muchas cosas por hacer en la vida y conservo con rigurosidad mis mecanismos de protección, pero no tengo miedo.
Está llegando la hora de entender que los que deben tener miedo son los ilegales y los corruptos, mas no los ciudadanos de bien, ellos son los que están a punto de perder el poder, vamos a limpiar la justicia para que los encarcelen. Si queremos una Colombia renovada, debemos entender que los que deben tener miedo sobre su libertad y su vida son los corruptos e ilegales, no la gente de bien.
E.N.D.: ¿Se podría generar una situación similar a la de los magnicidios de las décadas de los 80 y 90?
C.L.: No hay comparación entre la Colombia de ahora y de los mediados de los 80, el Estado tiene más control, se han desmovilizado grupos ilegales, hay una ciudadanía más empoderada e independiente.
Lo que siento es que los corruptos están atrincherados en una esquina defendiéndose con todo lo que tienen, mermelada, corrupción, cartel de la toga. La gente perdió el temor, quiere derrotar lo que se viene desde las campañas, espero haya una ola ciudadana.
E.N.D.: En tema de drogas, ¿ve posible una descertificación a Colombia?
C.L.: No va a haber descertificación. Llevamos muchos años de una receta fracasada, que es criminalizar a los campesinos y la impunidad de lavadores de plata y los capos y redes que son los verdaderos criminales.
Lo que queremos ahora es incorporar campesinos para que tengan alternativas de vida. No se pueden encarcelar el medio millón de cultivadores de coca, es mejor vincularlos con tierra titulada y oportunidades mediante el programa de sustitución de cultivos ilícitos. Hay que cambiar el modelo de la política antinarcóticos, les guste o no a los señores de Estados Unidos.
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