Algunos dirán que en medio de una campaña tan feroz al Congreso, apuestas como la suya son de baja probabilidad. ¿Qué les dice?
El país requiere de nuevos líderes en el Congreso que de verdad legislen en favor y no en contra del pueblo colombiano como lo hicieron con la reforma tributaria y la corrupción, por eso insisto en que toca implementar reformas profundas que lleven a una reestructuración total y que se vea reflejado en el campo, de donde vengo.
¿Qué tipo de reformas?
Planteo todo un paquete. Una en el ámbito laboral que elimine los contratos de tres meses, otra a la ley de tránsito en la que se establezca un tope a los costos del Soat y equiparar las infracciones cometidas por motociclistas en igualdad de condiciones, además de una regulación para la ley de parqueaderos, subsidio de apoyo económico para el campesinado y la implementación de la universidad pública nocturna. Creo que este es el momento de hacer una refundación del Congreso colombiano.
Se ha dicho que la fuerza pública, que saltó a la arena política con algunos exmiembros, está dividida. ¿Es así?
Son siete proyectos de movimiento de la fuerza pública. Yo hacía parte de uno de ellos, desafortunadamente no hubo una unidad y me aparté un poco para seguir como independiente con este trabajo hacia el Congreso. No podemos hablar de fractura o división, porque no se llegó a unificar. Hay aproximadamente 80 candidatos por la fuerza pública, entre Cámara y Senado.
¿Cree que la actual gestión parlamentaria ha llegado al campo?
El Tolima está abandonado. Vemos que los representantes no se ponen la camiseta por el Tolima. Acá hay necesidades en empleo, industria, vías y el agro, que es mi gran objetivo. Hay una falta de sentido de pertenencia.
Necesitamos un Congreso social para todos. Uno no puede hablar de paz cuando existe hambre y el estómago está vacío, cuando no hay oportunidades y sí hay necesidades.
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