Población de Las Hermosas espera esclarecimiento del conflicto

Crédito: Archivo - EL NUEVO DÍA
Un informe elaborado por el Observatorio de Paz y Derechos Humanos de la UT describe cinco hechos que la población del emblemático corregimiento de Chaparral confía que sean esclarecidos por la Comisión de la Verdad.
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El Observatorio de Paz y Derechos Humanos de la Universidad del Tolima entregó de manera simbólica un informe a la Comisión de la Verdad sobre los hechos de violencia que ocurrieron a causa de la guerra en Las Hermosas, corregimiento emblemático de Chaparral considerado durante años como retaguardia de las Farc.

El estudio, que comprende un periodo entre 1986 y 2016, presenta información de contexto acerca de los hechos del conflicto armado y describe hitos que las comunidades consideran que deben ser esclarecidos por la Comisión de la Verdad, una de las tres entidades que nacieron con la firma de los Acuerdos de Paz.

Para este trabajo, el Observatorio contó con el apoyo de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos regional Huila - Tolima y su versión física será entregada en enero próximo a las comunidades de diferentes veredas que participaron de su elaboración a través de testimonios.

En concreto, el documento presenta cinco hitos relacionados con la presencia de un grupo paramilitar, la crisis económica y los cultivos ilícitos, el control territorial de las Farc, la disputa armada entre diferentes actores y los procesos de organización social, explicó el profesor Andrés Tafur, director del Centro de Estudios Regionales de la UT.

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Los hechos

El primer hito que espera ser esclarecido tiene que ver con la llamada ‘Guerra de las gallinas’, una confrontación armada entre el grupo paramilitar denominado Los Magníficos, liderado por Carlos Cárdenas, y la desaparecida guerrilla, la cual provocó el desplazamiento masivo de todas las veredas del corregimiento.

Este episodio, comprendido entre 1986 y 1991, relata la posesión de la zona por parte de los paramilitares, sus conexiones con el narcotráfico e intenciones contrainsurgentes, así como la disputa armada con las Farc y la terminación de este primer ciclo de violencia con el asesinato de Cárdenas.

Un segundo hito está relacionado con la crisis económica y los cultivos ilícitos. La caída de los precios del café, cuya producción representa una de las principales actividades de la zona, abrió paso al cultivo de amapola como una alternativa de ingresos. En consecuencia, nacieron nuevos modos de vida relacionados con la ilegalidad.

En sus testimonios, la comunidad señaló que este periodo de bonanza económica trajo consigo una descomposición social caracterizada, entre otras cosas, por el despilfarro de dinero y alcohol. Sin embargo, las Farc rompieron con el fenómeno al quedarse con el control territorial y establecer sus propias reglas de juego.

Precisamente, el tercer hito corresponde al llamado ‘Gobierno de las Farc’, un tiempo en el que se consolida la presencia guerrillera y la consiguiente imposición de un orden social y político que, además, sirvió a sus necesidades militares. Es así que los pobladores debieron someterse a ciertas normas y restricciones de conducta.

Con esta hegemonía en el territorio, la zona experimentó un periodo de estabilidad que se mantendría hasta el desarrollo del proyecto hidroeléctrico sobre el río Amoyá, el cual, en principio, fue negociado por la empresa Hidroger, después fue adquirido por Isagén y en la actualidad pertenece a una firma canadiense.

La ejecución del proyecto implicó la llegada de la Fuerza Pública y el inicio del segundo ciclo de violencia. En síntesis, la militarización de la zona supuso la implementación de nuevas medidas y la posterior confrontación con la guerrilla, dejando a la población en medio de este accionar.

El último hito se daría en estas circunstancias. Enfrentados a esta situación, la comunidad adelantó un proceso de negociación para llegar a acuerdos para proteger la población y, producto de esos diálogos, se crea la Mesa de Transparencia, que permitió mejorar la convivencia en el territorio.

Un camino

Entre otras cosas, el profesor Tafur destacó como elemento clave para la construcción de paz la organización social y comunitaria. Para el caso de Las Hermosas, este proceso llevó a la creación de escenarios de diálogo y convivencia durante el segundo ciclo de violencia, y aspira a fortalecer el desarrollo territorial.

“La comunidad resistió a los actores armados: al Ejército y a las Farc. La comunidad se esforzó mucho por tener una posición neutral que no fuera ni para un lado ni para el otro y fue hacer valer ese principio de distinción del DIH que es no meterse con la población civil”, dijo Tafur.

Según dijo, estos esquemas de gobernanza son los que van a permitir fortalecer el Estado, pues ni siquiera con la salida del grupo armado las instituciones han llegado a los territorios. “Necesitamos construir alianzas con la comunidad, las organizaciones, las juntas de Acción Comunal, esquemas no estatales de gobernanza el territorio”, acotó.

Credito
EL NUEVO DÍA

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