Una fiesta convencional

Eduardo Pilonieta Pinilla

El tiempo es y ha sido una constante que determina el ritmo de vida y por tanto un día de hoy no es diferente a un día de hace 2.000 años; lo que lo vuelve diverso son los acontecimientos que se dan en su transcurrir y los sucesos que el hombre ha instituido como determinantes en la vida civilizada.
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Decimos lo anterior porque estamos precisamente en una de esas épocas que fue definida en nuestra cultura, por tradición histórica, el nacimiento de Jesús en los pueblos en los que ha imperado la fe católica, cualesquiera que sean sus variadas concepciones.

Materialmente no se tiene certeza que el Mesías hubiera nacido el 25 de diciembre, pero la historia nos cuenta que los romanos conmemoraban ese día la fiesta del “Natalis Solis Invicti” que se desarrollaba a través de las famosas saturnales, asociadas a Saturno y por lo tanto lo que se hizo fue cambiar de dioses, proceso que se dio en el siglo IV estableciéndose como el del nacimiento del niño Dios.

Adicionalmente se sabe que San Francisco de Asís en 1.223, en una cueva de Grecia, montó el primer pesebre con buey y burro, generando una tradición que ya tiene 8 siglos de existencia.

Nosotros celebramos el nacimiento del Mesías anunciado a través de una festividad que dura 9 días, tiempo en el que se reza la novena navideña la cual culmina con el portal de Belén.

Estas son fechas establecidas, podríamos decir arbitrariamente que, desde luego, vienen precedidas de otros acontecimientos que la sociedad ha aceptado como tales y en esta fecha se generan acontecimientos en torno a la unión familiar: se reparten regalos para los niños, comida y bebidas para los adultos, ciclos de festejos que terminan con la llegada de año nuevo y luego la venida de los reyes magos, fecha a partir de la cual el país vuelve a su dolorosa realidad.

Esta fecha, que debe ser de reflexión, nos permite psicológicamente pensar que todo va a cambiar; con esa ilusión comemos y bebemos y así estar listos para enfrentar el hecho de que todo sigue su ritmo de evolución o involución, como si nada hubiese pasado.

Pero es nuestro deseo que tengan una FELIZ NAVIDAD.

 

"Materialmente no se tiene certeza que el Mesías hubiera nacido el 25 de diciembre, pero la historia nos cuenta que los romanos conmemoraban ese día la fiesta del “Natalis Solis Invicti” Eduardo Pilonieta. 
Abogado Laboralista

 

 

 

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EDUARDO PILONETA PINILLA

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