Colombia, un país sin esperanza

Eduardo Pilonieta Pinilla

La sensación que se percibe en el ambiente es que la sociedad colombiana está cada vez más descontrolada pues quienes deben definir el qué y el cómo, están más dedicados a tratar de implementar un modelo de gobierno que lejos de impulsar el desarrollo nacional está creando un clima de incertidumbre y desesperanza con el cual perdemos todos los colombianos.
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Somos conscientes que el país necesita un cambio, pero la manera como se está intentando, la forma de producirlo y las modificaciones ideadas están generando un caos jurídico-social que nos está llevando cuesta abajo sin que haya una perspectiva de mejoramiento en el desarrollo normal de vida de los colombianos.

Los proyectos de reforma no consultan el sentir de los ciudadanos; por el contrario, da la sensación de que el único interés que se tiene es el de conducir al país por la senda del socialismo del siglo XXI, ese cuyo modelo lo están manejando los dictadores vecinos que tienen un concepto de la democracia que para cualquiera que quiera ver perjudican la condición de vida de los ciudadanos de esos países.

Sentimos que la forma en que se está manejando el país solo conlleva a crear expectativas sobre una realidad francamente preocupante, la cual está generando que las posibilidades de crecimiento social se frenen hasta tanto se definan los parámetros jurídicos en los cuales el mismo se va a dar.

Sumado a todo esto, los colombianos todos somos testigos del avance de los grupos armados que poco a poco han vuelto a recuperar la fuerza territorial bajo la cual imponen el nuevo orden, blindándose cada vez mejor, todo ello con el patrocinio, si no directo si muy sutil, de un mandatario que simplemente les está permitiendo tomarse el país región por región como ya lo habíamos vivido y que muy rápidamente lo volveremos a vivir, simplemente acuartelando al Ejército lo cual nos volverá a llevar a esa nefasta época de los años 90 cuando el país estaba literalmente secuestrado por los grupos fuera de la ley y que como se ve muy rápidamente volveremos a vivir.

Tal como se presenta el panorama, Colombia en este momento es un país sin esperanza de un futuro razonable, como lo son los países que tanto se admiran por parte de quien gobierna.

EDUARDO PILONIETA

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