PUBLICIDAD
Lo que está ocurriendo en Venezuela no es único ni excepcional, pero aún nos sorprende observar cómo un pueblo puede ser sometido a tal punto que rebelarse se vuelve imposible, fenómeno que ha ocurrido en muchas sociedades a lo largo de la historia.
Sin embargo, consideramos importante hacer ver fenómenos cercanos en los cuales los oprimidos terminan aceptando su desafortunado futuro como es el caso cubano, que lleva sometido 60 años a un modelo de gobierno que lo ha empobrecido y en el cual el derecho a la libertad es solo una frase política alegada por sus gobernantes para poder mantenerse en el poder. Lo mismo sucede en Corea del Norte donde un nefasto personaje se ha atornillado al poder, negándole a sus súbditos los más elementales derechos sociales, todo ello a la vista de la humanidad entera, imponiendo formas de vida social que rayan en el absurdo, como es el mito al dictador que ha definido hasta la forma como debe peluquearse la gente y los diferentes castigos que se imponen si en sus casas no hay una fotografía suya.
Eso mismo está pasando en Venezuela, donde un gobierno dictatorial se ha robado las elecciones, desconociendo a las mayorías democráticas, que alega son el fundamento del mismo, importándole en absoluto la reacción del pueblo venezolano y el rechazo del mundo civilizado, con un cinismo despótico, incluso burlándose de las reacciones en su contra como si ello fuera un juego más, todo esto con el respaldo de las fuerzas militares bolivarianas que lo sostienen porque ellas mismas se lucran de la situación que ayudan a propiciar.
Esto evidencia que en esas mal llamadas democracias mandan las fuerzas armadas y que el presidente dictador no es más que un mamarracho que termina haciéndoles el juego para su propio beneficio.
Pues ojo, “si por allá llueve, por aquí no escampa”; nuestro gobierno lo primero que hizo fue poner una cúpula militar de bolsillo, primer paso para empezar el ciclo de irse aferrando al poder pues llegado el caso ellas y no solo ellas, sino quienes tienen disposición legal o ilegal de las armas, lo sostendrán; eso está perfectamente claro.
Todo eso demuestra que nuestro futuro es preocupante pues el presidente ha dicho reiteradas veces que no se atornillará al poder lo cual, traducido al lenguaje de la realidad, significa que lo que en verdad busca es quedarse eternamente en éste.
Esta es la partitura de las democracias socialistas del mundo, aunque insistamos que a nosotros no nos pasará, lo cual traducido al mismo lenguaje significa que para allá es que vamos.
Comentarios