Soluciones a la violencia y la inseguridad

Rafael Nieto Loaiza

El 07 de agosto del 2026 terminará esta horrible noche. No tengo duda de que el próximo gobierno no será petrista. Tampoco la tengo de que tendrá una tarea monumental. Comparto acá unas ideas en materia de seguridad y lucha contra los violentos.
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Hay que renunciar a los diálogos. Han fracasado para traer la paz y solo han servido para el reciclaje de los grupos violentos y sus liderazgos.

Al mismo tiempo, los grupos se fraccionan una y otra vez, de manera que mientras unos dicen desmovilizarse, otros, las “disidencias”, mantienen su actividad criminal y se quedan con el negocio.

A los grupos violentos no queda sino combatirlos sin pausa y aplicarles con rigor la ley. Hay que apostar por el estado de derecho y la justicia. La paz no se hace con impunidad y beneficios para los criminales.

Es clave volver a poner el narcotráfico en el centro de la acción estatal. La minería ilegal y la cocaína, sobre todo esta última, son la causa y el fin de los grupos violentos que, a estas alturas, solo se mueven por su afán de lucro y han perdido toda motivación ideológica.

Hay que cortar de raíz sus finanzas. Para ello hay que volver a la erradicación sin dejar de hacer énfasis en la interdicción. Y que atacar a fondo las finanzas recuperando la cooperación internacional que Petro colapsó.

Recuperar la Fuerza Pública debe ser una prioridad. Sin ella todo está perdido. Hay que cambiar las cúpulas tan pronto como sea prudente y nombrar un liderazgo nuevo que esté libre de cualquier duda sobre su cercanía ideológica a la izquierda.

Su lealtad debe estar solo con la Constitución y con la nación colombiana. Hay que devolverles el presupuesto necesario para cumplir sus tareas, reconstruir el poder aéreo, la inteligencia y las fuerzas especiales, y volver a implementar programas de cooperación ciudadana. Recuperar los espacios de articulación entre las distintas fuerzas, es vital.

Y hay que concentrarse en la recuperación del control territorial, perdido de manera dramática durante este gobierno. Y sí, hay que estructurar mecanismos de coordinación de la Fuerza Pública con la presencia del resto del Estado, incluyendo la administración de justicia. El control militar del área es condición necesaria pero no suficiente para asegurar el territorio por parte del Estado.

Los temas de prisiones y cárceles y el papel del sistema de administración de justicia serán objeto de otra columna.

Para todos los lectores y sus familias, mis deseos de que el 2025 venga lleno de salud y abundancia.

 

Rafael Nieto Loaiza

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