Su única debilidad fue su familia, en especial sus dos hijos, Juan Pablo Escobar Henao, hoy de 44 años y Manuela Escobar Henao, de 37 años.

La hija menor del capo tenía 9 años cuando fue abatido por la Fuerza Pública en Medellín.

Luego de la muerte de Escobar, su mamá, Victoria Henao, decidió radicarse en Argentina, donde empezaron de cero, cambiaron sus identidades, en el caso de Manuela, asumió el nombre de Juana Manuela Marroquín Santos.

Juana Manuela quedó con un problema auditivo, a consecuencia del atentado que vivió en su niñez, producto del ataque con explosivos por parte del cartel de Cali, en el edificio Mónaco, de Medellín.

La mujer tomó la decisión de permanecer en el anonimato, no usa redes sociales y está alejada de su pasado por lo tanto es muy poco lo que se sabe de ella, a excepción de que vive en Buenos Aires.

En cuanto a su hermano Juan Pablo, por el contrario, ha llevado una vida abierta desde Argentina.

‘’Mi hermana no es una persona pública, disfruta de su privacidad y de tener el privilegio de llevar una vida normal. No le debe nada a nadie y vive tranquilamente alrededor nuestro y de los que la queremos. Nosotros respetamos su privacidad’’, dijo Juan Pablo en una publicación de Instagram.

Los hijos de Pablo Escobar actualmente están alejados de su familia paterna y no visitan con frecuencia el país.