Las implicaciones de la salida de la Policía de Mindefensa

Crédito: Colprensa / El Nuevo Día.
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Esta semana, el designado ministro de Defensa, Iván Velásquez, anunció que es una “decisión tomada” que la Policía saldrá de esa cartera y pasará al Ministerio de Paz, Convivencia y Seguridad.
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Por varios años se ha discutido la idea de reformar de fondo a la Policía, pasándola del Ministerio de Defensa a otra cartera, ante los escándalos de Derechos Humanos que ha enfrentado. Así lo han solicitado no solo organizaciones no gubernamentales, sino organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Cidh.

Esta semana el nuevo ministro de esta cartera, Iván Velásquez, volvió a encender el debate al anunciar que para el gobierno de Gustavo Petro ese traslado es una “decisión tomada”.

De acuerdo con la explicación dada por Velásquez, la Policía se trasladará al futuro Ministerio de Paz, Convivencia y Seguridad, que creará el nuevo Gobierno y su cambio no debe inquietar a nadie porque ahora la Policía será más civil y menos militar. 

“Se va a ganar en civilidad, se va a ganar en el respeto por el Estado de derecho, se va a ganar en construir una Policía, como lo dice la Constitución Política, para la convivencia y para la garantía del disfrute de los derechos y garantías fundamentales”, señaló Velásquez a la Revista Cambio.

Este traslado tiene como antecedente reciente que la Policía lleva varios años siendo el centro de la controversia en materia de Derechos Humanos, lo que los ha llevado a perder la confianza de un sector de la ciudadanía.

En 2019, por ejemplo, en la primera oleada de manifestaciones en contra del Gobierno del presidente Iván Duque, un proyectil lanzado presuntamente por el capitán de la Policía Manuel Cubillos asesinó al joven estudiante Dilan Cruz en el centro de Bogotá. Además, durante esas protestas, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Cidh, se presentaron 25 personas heridas y, al menos, 831 casos de retenciones de ciudadanos.

Esta problemática se agravó para la institución desde el 9 de septiembre de 2020 cuando a manos de uniformados de la Policía falleció el abogado Javier Ordóñez, lo que desató fuertes protestas en la capital que dejaron como saldo 14 personas muertas, por presuntos disparos de la Policía.

“Los días 9 y 10 de septiembre de 2020, la Policía Nacional reaccionó de forma desproporcionada, ilegal y apartada del principio de humanidad, en la atención de las manifestaciones ciudadanas ocurridas en Bogotá y Soacha, donde se presentaron protestas por el asesinato de Javier Ordóñez en un procedimiento policial”, dijo en su momento una relatoría de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

El momento más complejo se presentó en 2021 cuando en medio de las manifestaciones del ‘Paro Nacional’, que duraron dos meses, 29 personas fueron asesinadas, de las cuales 16 ocurrieron en Cali, cinco en otros municipios de Valle del Cauca, tres en Cundinamarca, tres en Bogotá, uno en Popayán y otro más en Ibagué.

 

Decisión equivocada

Lo contrario piensa el exviceministro de Justicia Rafael Nieto Loaiza, quien considera que trasladar a la Policía del Ministerio de Defensa es un error, porque esta institución no está militarizada y catalogarla de esta manera refleja prejuicio e ignorancia. “Ignorancia de no saber por qué la Policía terminó en la órbita del Ministerio de Defensa y prejuicio por sostener que a partir de que esté en este Ministerio está militarizada”.

Lo anterior lo argumenta Nieto Loaiza porque, según él, desde que la Policía se creó estuvo bajo las órdenes de los Ministerios de Gobierno y salió de allí y pasó al Ministerio de Defensa porque estaba altamente politizada. “Tan politizada que los policías participaron en el conflicto entre liberales y conservadores y el 9 de abril de 1948, la guarnición policial de Bogotá se levantó contra el Gobierno, repartió parte de las armas a la población y como consecuencia se disolvió. Se refunda en 1950 como una policía civil y en 1953 se traslada al Ministerio de Defensa y tras la Salida de Gustavo Rojas Pinilla en 1957 se queda allí sosteniendo su carácter civil”.

Entonces, bajo lo anterior, el exviceministro de Justicia explica que la Policía está en ese Ministerio por razones de carácter histórico, que no tienen nada que ver con la militarización de la Policía. “Dirigidas a su profesionalización y a evitar su politización”. 

Otro punto que destaca Nieto Loaiza es que Colombia tiene un conflicto excepcional y su permanencia en el Ministerio de Defensa permite la coordinación entre las Fuerzas. Por lo que su salida dificultará esta tarea.

 

Es un cambio necesario

A partir de estas violaciones a los derechos humanos tanto organizaciones internacionales como nacionales han coincidido en afirmar que sacar a la Policía del Mindefensa es un cambio necesario.  Por ejemplo, la Comisión de la Verdad, en su informe final, presentado recientemente al país, entregó como recomendación separar a la Policía del Ministerio de Defensa y ubicarla en otro o en un nuevo ministerio, como una medida necesaria, mas no suficiente, para avanzar en el fortalecimiento de su carácter civil y de la gobernanza en materia de seguridad ciudadana, rural y urbana.

“Esto se ha traducido en que, aun cuando la Policía está cumpliendo funciones de seguridad y protección externas al conflicto armado, esté imbuida en el carácter militar, por lo que termina, por ejemplo, atendiendo movilizaciones y protestas sociales o campesinas como si fueran una guerra que atenta contra la existencia del Estado. Esto la lleva, no solo a no proteger al ciudadano que se moviliza, sino a repelerlo como enemigo”, explica la Comisión.

Con este argumento coincide Juan Sebastián Hernández, investigador de la línea del Sistema Judicial de  Justicia, quien explica que las funciones de la Policía y las Fuerzas Militares se han confundido, porque la Policía es un cuerpo civil según la Constitución que está dedicado al mantenimiento del orden público y no a la defensa del Estado.  Las implicaciones de este cambio, según Hernández, significan un primer paso para reafirmar el carácter civil de la Policía.

 

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Credito
Colprensa / El Nuevo Día.

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