El de la pelota, la iniciativa y las principales opciones fue el anfitrión, pero la falta de precisión en el remate final y las intervenciones seguras de Julián Viáfara evitaron que los del Oriente consiguieran la victoria para treparse al primer lugar del cuadrangular A.

La visita, con el coro "volveremos, volveremos a la A" que calentó la fría noche que se vivió en el estadio Alberto Grisales, imponente con casi 7.000 hinchas en sus graderías en su mayoría seguidores de los caleños, le apostó a la especulación, se metió atrás para contragolpear y casi se lleva el premio mayor con la complicidad del árbitro Sebastián Restrepo.

Luego de las repetidas llegadas de Jéfferson Duque y Emanuel Prisco, y pese al buen toque toque de los Leones con Johan Muñoz y Mauricio Marín, una salida rápida y la acción teatral de Estiven Mendoza motivó al juez a pitar un penalti cuando Wílder Mosquera había cogido el balón sin cometer la infracción.

Esa jugada dudosa llegó a los 51 minutos y la justicia divina se puso de parte del Rionegro, porque en el cobro Rubén Bustos le pegó tan mal que casi la saca del estadio, como había hecho en otras jugadas anteriores cuando se vio acosado por los rivales o su compañero Mauricio Romero no dominaba bien el balón.